Los métodos utilizados para desarrollar  la inteligencia espiritual buscan emancipar al individuo  de toda dependencia del resto de personas. Se requiere confiar en uno mismo en un grado más elevado y buscar un sitio privado para realizar los ejercicios.

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El punto de partida es el cerebro como el principal  instrumento de comunicación con el espíritu. El plan de ejercicios puede ser:

Retrospección: Es rodar de atrás hacia adelante la película del día. Sentarse a verla como un crítico espectador, evaluando lo que estuvo bien y mal.

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Concentración: Es la disciplina de sí mismo. Control de pensamientos, palabras y sentimientos.

Meditación: Muestra la esencia de los problemas y los ubica en una dimensión exacta.

Observación: Recorrer los perfiles y siluetas de cuánto quiera observar. Hacer un recorrido visual como si estuviese tratando de pintar algo. 

Discernimiento: Observar sistemáticamente  todas las cosas y sacar conclusiones certeras. Esto ayuda a mejorar el discernimiento.

Contemplación: Mantener un objeto ante la visión mental.

Adoración: Se considera el acto de mayor altura de realización en el hombre, hasta que llegue el tiempo en que esa unión permanente con la fuerza superior se complete.