“Una política de Estado para la frontera norte que concibe a la seguridad humana como resultado de la paz y el desarrollo”. Con esa frase,  Rafael Correa resumió ayer el contenido del Plan Ecuador, una iniciativa del Gobierno para reactivar las zonas afectadas por el conflicto armado que vive Colombia.

Teniendo como foro a la mayoría de integrantes del Cuerpo Diplomático (excepto el Embajador de Colombia) y a representantes de organismos internacionales, el Mandatario expuso los objetivos y lineamientos del mencionado programa.

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Explicó que a través de él se persigue consolidar la seguridad fronteriza, mantener una política de relaciones internacionales equitativa y solidaria y afirmar una política de defensa basada en la protección de la población, los recursos naturales y la soberanía nacional.

Para ello, explicó la canciller María Fernanda Espinosa, el Gobierno prevé fortalecer la economía de la frontera, incrementar la presencia de las instituciones del Estado en la zona y robustecer la capacidad de gestión de gobiernos locales.

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El área de influencia son las provincias de Sucumbíos, Carchi, Imbabura, Esmeraldas y Orellana, en las cuales se invertirán en este año al menos $ 135 millones, destinados al financiamiento de programas y proyectos de desarrollo productivo, social, ambiental, generación de empleo y seguridad.

Estas acciones, según Fernando Bustamante, ministro coordinador de Seguridad Interna y Externa, son urgentes si se toma en cuenta que en la frontera hay un progresivo deterioro social, que se ve reflejado, dijo,   en la infiltración  de grupos ilegales, el aumento constante de desplazados y refugiados, el crecimiento de la pobreza, entre otros.