Boris Yeltsin, ex presidente de Rusia, fue hombre clave en la caída de la URSS y en el posterior reordenamiento mundial. Cuestionado por sus hábitos y errores en el poder, impulsó la democracia en Rusia.

El ex presidente ruso Boris Yeltsin, quien gobernó durante la desaparición de la Unión Soviética y la transición de Rusia a una economía de libre mercado, murió ayer a los 76 años.

Líderes de todo el mundo elogiaron a Yeltsin por llevar libertad y democracia a Rusia luego de décadas de gobiernos totalitarios, y por presionar por reformas en los mercados que, aunque brutales, ayudaron a su país a convertirse en una gran economía.

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Sin embargo, su “terapia de choque” económico llevó a millones de personas a la pobreza y sus últimos años en el poder estuvieron marcados por el caos, reportes persistentes de problemas con el alcohol y cruentas luchas en Chechenia.

“Hoy, a las 15:45 (06:45 en Ecuador), Boris Nikolayevich Yeltsin murió en el Hospital Clínico Central como resultado de un problema cardiovascular”, afirmó una portavoz del Kremlin. El ex mandatario sufrió de problemas al corazón durante años.

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Anatoly Chubais, quien como un joven economista fue la mano derecha detrás de las reformas de Yeltsin, comparó al ex presidente con el zar Pedro el Grande, responsable por hacer de Rusia una potencia a inicios del siglo XVIII. “Él nos llevó desde el cautiverio hacia la libertad... Nos llevó de un país de mentiras a un país que intentó vivir en la verdad”, indicó.

Mikhail Gorbachov, el último presidente soviético, rindió tributo a sus logros e hizo notar sus falencias.

“Expreso las más profundas condolencias a la familia del fallecido en cuyos hombros descansaron grandes eventos para el bien del país y serios errores”, expresó Gorbachov.

El caos que Putin heredó de Yeltsin causó desencanto generalizado con la democracia que más tarde le permitió atenuar muchas reformas previas.
Yeltsin, quien vivía en el retiro en una aldea cerca de Moscú, nunca hizo declaraciones en contra de Putin.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, quien se encuentra en Moscú para sostener negociaciones con Putin, declaró: “Al menos ningún estadounidense se olvidará de verlo parado sobre el tanque en las afueras de la Casa Blanca (en Moscú), resistiéndose ante un intento de golpe de estado”.

Yeltsin gobernó Rusia desde 1991 hasta el último día de 1999, cuando entregó el poder a Vladimir Putin, convirtiéndose en el primer líder ruso en renunciar de manera voluntaria.

Su inhumación será mañana en el cementerio Novodevichy  de Moscú. También se le brindará un homenaje en la catedral Cristo Redentor de esa urbe.

Figura histórica
Boris Yeltsin fue “una figura histórica que sirvió a su país en momentos de tremendos cambios”, afirmó ayer George W. Bush, quien se declaró “profundamente entristecido”.

Sus errores
Los frecuentes errores pusieron en entredicho su capacidad para gobernar. “Lo único que logra manejar son las visitas a las tiendas”, anotó el diario Kommersant.

Abolió Unión Soviética
En 1991 Yeltsin desafió a los líderes comunistas de línea dura que intentaron un golpe. La arremetida fracasó y tras seis meses firmó un pacto que abolía la Unión Soviética.

Enorme pobreza
Impuso reformas para pasar de una economía estatal al libre mercado. El impacto: hiperinflación, colapso en la producción y desempleo generaron enorme pobreza.