Trama. Cuatro amigos de mediana edad deciden escapar de sus vidas apacibles en los suburbios y comenzar un viaje en motocicleta.
Los personajes de Rebeldes con causa parecen tratar de reivindicar una especie de neovirilidad, acorde a los tiempos del autodescubrimiento y autoayuda; un retorno a las esencias de la masculinidad en forzada armonía con las conquistas del feminismo.
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El cuarteto de protagonistas parece extraído de un catálogo de fracasos de mediana edad, que se sumergen en una excitante aventura, un viaje costa a costa que reforzará lazos viriles y les reconciliará con su agreste interior.
Ellos viven su experiencia motera como un simulacro de libertad que les reafirma como magníficos perdedores.
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Así, la trama sigue a estos cuatro hombres maduros, cuya gran afición es manejar sus motos, emulando a los bikers norteamericanos y a su idealizada figura: libre de responsabilidades, recorriendo las carreteras para vivir experiencias al máximo y disfrutar las ventajas de la existencia nómada.
Claro que, teniendo familia y profesión, los cuatro amigos solo pueden dedicar una porción de su vida a tal actividad, hasta que un buen día deciden tomarse un respiro y pisar el acelerador para embarcarse en un viaje liberador con sus Harleys a lo largo del país. Pero se pegan un duro golpe al tropezar con una auténtica banda de pendencieros motociclistas, lo cual no solo cambia sus fantasías, sino que pone en peligro la plácida existencia de un pequeño y pintoresco pueblo.
Esta disparatada road movie es un claro síntoma de que la masculinidad no es lo que era. De hecho, ya nada es lo que era. Por ello, el viaje de estos antihéroes no hace sino intentar echar hacia atrás la máquina del tiempo. Gran parte de la elemental, aunque eficaz comicidad de la propuesta, se apoya en ese fin.
De ese modo, el trabajo del director Walt Becker gira en torno a lo que éramos y ya no somos, una caricatura de nosotros mismos, ilustrada a través de estos cuatro pobres hombres ridiculizados, salpicados de dosis de dignidad y hombría, al irremediable estilo de Hollywood.
El guión es excesivamente cliché, cargoso a momentos y demasiado simplón en casi todas sus rugosidades. Incluido el final, la comedia discurre por senderos muy rasos, correctos y entretenidos, pero exageradamente estereotipados.
Las interpretaciones del cuarteto son superiores, con un simpático John Travolta, unos entretenidos Tim Allen y Martin Lawrence, y el siempre versátil William H. Macy. Además hay que destacar el talento de Ray Liotta, en el papel de villano, y la breve aparición de la guapa Marisa Tomei.
El motorista más genuino que figura en el reparto es Peter Fonda, ícono de los Ángeles del Infierno y personaje ineludible cuando se habla de moteros cinematográficos. No obstante, los cuatro primeros, los protagonistas, cada uno acostumbrado a ser el centro de sus películas, nunca desarrollan aquí ni ritmo, ni química.
En definitiva, Rebeldes con causa es una película blanda y diluida, que no se toma demasiado en serio la filosofía easyrider. Pero es, a la vez, una comedia inofensiva y absolutamente predecible, que dejará satisfechos a quienes no busquen el humor burdo que está tan de moda.
LAS ESCENAS
Una parada
John Travolta y Martin Lawrence en una de las escenas. En su viaje, ellos se topan con una pandilla de Nuevo México.
En la carretera
Los protagonistas de la película se enfundan en ropa de cuero y salen a recorrer el asfalto de la carretera sobre sus Harley Davidson.
DIRECTOR: Walt Becker
ORIGEN: Estados Unidos
PROTAGONISTAS: John Travolta, Peter Fonda, Martin Lawrence, William Macy
PRODUCTORES: Michael Tollin, Brian Robbins, Todd Lieberman
GÉNERO: Comedia
DURACIÓN: 120 MINUTOS