Un proyecto implementado en 1972 para crear lo que sería el mayor arrecife artificial del mundo, formado por los neumáticos, se ha convertido en un desastre ecológico.

La idea parecía sencilla y viable: crear un nuevo hábitat marino y formar sitios alternativos para el buceo, a fin de evitar el desgaste que tantas visitas causaban a los arrecifes coralinos naturales y eliminar de paso los neumáticos que saturaban los basureros.

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Tres décadas y media después, está claro que el plan fue un rotundo fracaso. Poca vida marina se ha formado sobre los neumáticos. Las ataduras del arrecife, hechas con sogas de plástico y cables de acero, se han roto y muchos neumáticos han terminado dispersos en el fondo marino, en un superficie del tamaño de unas 30 canchas de fútbol.

Miles de neumáticos han ido a parar al arrecife natural cercano, unos 21 metros debajo de la superficie marina, impidiendo el crecimiento del coral y destruyendo la vida marina.

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Ahora, las autoridades de Florida coordinan un plan para sacar los neumáticos.  Una prueba se realizaría durante un mes, en junio. La operación de extracción de los neumáticos se llevaría a cabo para el 2010, con un costo aproximado de $ 3,4 millones para el Estado.

En las últimas décadas fueron creados arrecifes de neumáticos en varias costas de todo el mundo, desde Australia hasta África.

Literalmente hemos arrojado millones de neumáticos a nuestros océanos, dijo Jack Sobel, científico de Ocean Conservancy. Creo que la gente que estuvo detrás del proyecto de arrecifes de neumáticos tuvo en realidad buenas intenciones y pensó que hacía lo correcto. Ahora vemos que fue un error.

Nadie puede decir con certeza por qué no funcionó la idea. Un problema es que, a diferencia de los grandes barcos hundidos para crear arrecifes, los neumáticos son demasiado ligeros. Pueden ser arrastrados por las mareas y las corrientes durante tormentas intensas, y la vida marina no tiene oportunidad de formarse ahí.

Hace varias décadas, el estado de Virginia intentó lo mismo, pero el huracán Bonnie  en 1998 arrancó los neumáticos y los envió hacia el sur.

En 1986, se emprendió en Nueva Jersey un proyecto para crear un pequeño arrecife con unos 1.000 neumáticos partidos a la mitad, atados y lastrados con concreto. Tampoco funcionó; varios trozos de hule se desprendieron y  flotaron.

Indonesia y Malasia aplicaron programas de arrecifes enormes de neumáticos en la década de 1980 y apenas ahora ven las consecuencias, que van desde la contaminación de las playas hasta la destrucción de los arrecifes naturales.