El ex vicepresidente iraquí Taha Yasin Ramadan, antiguo colaborador de Saddam Hussein, fue ejecutado la madrugada de ayer, en el cuarto aniversario del comienzo de la invasión estadounidense, mientras el país sigue hundido en una espiral de violencia que ha causado decenas de miles de muertos.

El ex vicepresidente fue ahorcado por su implicación en  el asesinato de 148 chiitas en la década de los años ochenta.

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Su ejecución ocurre a menos de tres meses después de la del ex presidente Saddam Hussein, en diciembre pasado, mientras la violencia azota al país.

A pesar del plan de las fuerzas estadounidenses e iraquíes contra la inseguridad en Bagdad iniciado a mediados de febrero, 16 personas murieron y  más de 50 resultaron heridas ayer en una ola de atentados perpetrados en  la capital.

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La ejecución de Ramadan se desarrolló “sin incidentes y sin violación” de  la ley, declaró Bassem Ridha, consejero del primer ministro, Nuri Al  Maliki.

El abogado de Saddam Hussein, Badie Aref, dijo que Ramadan llamó a su familia. “Me dijo que estaba tranquilo y sereno. Pidió a  su familia y amigos que rezaran por él e indicó que no le daba miedo la muerte”.

Con el ahorcamiento de Saddam, el pasado 30 de diciembre, y de su hermanastro Barzan Al Tikriti y del ex presidente del tribunal revolucionario Awad Al Bandar, ambos el 15 de enero, Ramadan se convierte en el cuarto alto cargo de ese régimen en ser ejecutado. Todos fueron condenados por la muerte de 148 chiitas en la aldea de Dujail en venganza por un atentado fallido contra el convoy presidencial en 1982.

Ramadan, cuyo cuerpo fue trasladado por un helicóptero de los estadounidenses, fue enterrado ayer en Auja, ciudad natal de Saddam, donde también se encuentran sepultados el ex dictador, sus dos hijos muertos en el 2003 por el ejército de Estados Unidos, Udai y Ussai, así como Tikriti y Bandar.

Ramadan, kurdo sunita nacido en 1938 en Mosul (norte), estaba considerado uno de los más duros del régimen. Fue acusado por los iraquíes en el exilio de haber perpetrado crímenes  contra la humanidad, sobre todo el asesinato de cientos de kurdos en 1988.

Son muchos los convencidos de que los compromisos de Washington de implantar un régimen democrático y restablecer los servicios básicos solo suponen una excusa para cumplir sus planes políticos en Iraq.

Una profesora, Um Abdul Salam, indicó que “nos han mentido, por lo que hemos pagado con sangre y estabilidad (de Iraq) el precio de esas mentiras. ¿Dónde están sus promesas de reconstrucción y el respeto a los derechos humanos?”. Recordó que su esposo perdió la vida en el estallido de un coche bomba el año pasado.

Dijo que por falta de gas se vio obligada a destruir sus muebles para hacer fuego a fin de calentarse ella y sus hijos del frío.

MÁS DATOS: Alerta amarilla

Dudas por demócratas
Un suspenso reinaba ayer en la  Cámara de Representantes estadounidense sobre si la mayoría demócrata aprobaría un agregado presupuestario para la guerra en Iraq vinculado con un retiro el 2008.

Polémica liberación
Las condiciones para liberar al periodista italiano Daniele Mastrogiacomo, el pasado lunes a cambio de excarcelar a talibanes, fueron criticadas por EE.UU. y familiares de los rehenes afganos.

CIFRAS: Iraquíes afectados

60.000 a 600.000
civiles muertos.
Las víctimas  varían,  según Irak Body Count y la revista Lancet.

730.000
sin casas.
Desde el 2006 este número de personas abandonó sus viviendas.