En Ecuavisa, algo más tarde, proponen ‘Zoboomafoo’, el simpático lémur animado que interactúa con los hermanos Martin y Chris Kratt, un entretenidísimo programa naturalista para que los niños aprendan sobre el mundo animal.

Lo cual se completa al filo del anochecer con documentales (el último domingo fue sobre las Galápagos) de buena factura.

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Hasta se puede comenzar a pensar  que una programación sana y familiar es posible, si no fuera porque los avances de una programación telenovelera al exceso nos devuelven a la realidad cotidiana: los más pequeños no están a salvo y hay que pasar apresuradamente de canal cuando llegan los avances subidos de tono de ‘La Ex’ o los intercambios de esposas y las orgías de ‘Así es la vida’. Lo que se hace con la mano, se borra con el codo. Si  solo se administraran mejor los avances…

Los intentos por tener una TV más familiar y sana pueden estrellarse con los bajos ratings y en este punto la responsabilidad es del televidente. En sus manos tiene el control remoto para premiar la programación de mejor calidad y castigar a  la otra.