Los niños de raza negra serían más susceptibles a los efectos del humo de cigarrillo de segunda mano sobre la salud que sus pares blancos, informaron investigadores.
En un estudio realizado con 220 chicos asmáticos, los niños negros que estaban expuestos a al menos cinco cigarrillos diarios tenían niveles de toxinas significativamente mayores en su cabello y su sangre que los pequeños de raza blanca sometidos a igual cantidad de humo.
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La investigación, publicada en la edición de marzo de la revista Chest, arrojaría luz sobre el motivo por el cual los niños de raza negra serían más susceptibles a los desórdenes relacionados con el tabaco, dijo el doctor Stephen Wilson, de la University of Cincinnati, quien dirigió el estudio.
Entre los problemas más frecuentes vinculados con el tabaco se encuentran el asma, el síndrome de muerte infantil súbita y el bajo peso al nacer. "Por alguna razón, los niños afroamericanos metabolizarían o eliminarían la nicotina (...) más lentamente que los chicos blancos", dijo Wilson durante una entrevista telefónica.
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El equipo de Wilson, del Centro Médico del Hospital de Niños de Cincinnati, evaluó los niveles de cotinina, un subproducto de la nicotina ya procesado por el cuerpo, en niños de 5 a 12 años. El 55 por ciento de los chicos eran negros y el resto, blancos.
Los investigadores recolectaron muestras de sangre y cabello de los pequeños durante un año.
Para evitar un informe menor a la exposición real al tabaco por parte de los padres, los expertos midieron los niveles de humo de cigarrillo en el hogar a los seis y 12 meses, empleando un instrumento que analiza las dosis de nicotina en el ambiente.
Si bien los niveles de exposición a la nicotina en el hogar eran similares, los investigadores hallaron que los niños negros registraban niveles significativamente mayores de cotinina comparados con los chicos de raza blanca.
En promedio, los niveles de cotinina en las muestras de sangre recolectadas entre los niños negros eran un 32 por ciento más altos que los hallados en los participantes blancos.
La diferencia fue aún más pronunciada en el caso de las muestras de cabello, con niveles de cotinina cuatro veces superiores en los niños negros.
Wilson expresó que el estudio genera interrogantes sobre si las diferencias étnicas podrían jugar un papel importante también en el caso de otras toxinas del tabaco.
"Probablemente (este hallazgo) genere muchas más preguntas que respuestas sobre por qué vemos esas tasas tan llamativas de morbilidad (enfermedad) asociada con el tabaco entre los afroamericanos", dijo el investigador.
Wilson y otros especialistas señalaron que el estudio provee una razón más para limitar la exposición de los niños al humo de cigarrillo de segunda mano.