Los pobladores se encuentran alarmados por los bramidos, humo, ceniza y el material incandescente que emana desde el pasado sábado el volcán Tungurahua.

Los habitantes aún recuerdan el proceso eruptivo del pasado agosto, cuando alcanzó su pico más alto, al arrojar flujos piroclásticos que dejaron seis muertos, doce heridos y miles de afectados.

Publicidad

Al proceso eruptivo se añade la avalancha de lodo, piedras volcánica y roca molida. Este último elemento alarma a las autoridades, pues aseguran que en siete años el volcán nunca las había arrojado, informó el noticiero de Ecuavisa.

Ayer algunas familias que habitan cerca del volcán evacuaron hacia lugares más seguros. La Defensa Civil los ayudó llevándolos hasta un refugio ubicado a 10 minutos de Penipe.

Publicidad

Quienes se han quedado pese al riesgo que corren, se han organizado para vigilar el Tungurahua. Los habitantes de las zonas de alto riesgo hacen rondas nocturnas para asegurarse de que no despertará a quienes descansan, informó el noticiero de Gamavisión.

Mientras, la Policía, autoridades y pobladores de las provincias del Tungurahua y Chimborazo están alertas a los anuncios del Instituto Geofísico.

En el sector del Manzano, de la parroquia Puebla, provincia de Chimborazo, algunos de los 400 evacuados retornan durante el día a sus casas para atender sus sembríos y el ganado que se han visto afectados por el volcán, y por la noche acuden a los albergues para evitar mayores tragedias.