Viviendo muy lejos de Hollywood (en un lago, en las afueras de Connecticut), Meryl Streep consiguió mantener esa personalidad que la aleja del ego de la fama, dándole personalidad propia a cada uno de sus roles femeninos, multiplicando nominaciones al Oscar como ninguna otra. Desde The French Lieutenant's Woman (1981) con Jeremy Irons, hasta el segundo Oscar con Sophie's Choice (1982) o la interminable lista de las otras nominaciones por Silkwood (1983) con Cher y Kurt Russell; Out of Africa (1986) con Robert Redford; Ironweed (1987) con Jack Nicholson; A Cry in the Dark (1989); Postcards from the Edge (1990) con Shirley MacLaine; The Bridges of Madison County (1995) con Clint Eastwood; Music of the Heart (1999); Adaptation (2002) con Nicolas Cage y en el 2007 por El diablo viste a la moda.