Los cambios climáticos dominan la agenda del Año Polar Internacional (API) que fue lanzado este jueves en París, con el objetivo de alertar al mundo de que lo que ocurre en los polos afecta la vida cotidiana de todos.
  
Con la participación de centenares de científicos de más de 60 países, este esfuerzo de 1.500 millones de dólares para estudiar el Polo Norte y el Polo Sur comprenderá 220 proyectos científicos que conciernen la física, la biología o las sociedades humanas de las regiones polares y se extenderá a lo largo de los próximos dos años.
  
Vistas hasta hace poco como regiones que esperaban ser conquistadas por la mano del hombre, en la actualidad las regiones polares son consideradas como frágiles viveros de culturas nativas, vida salvaje y profundos fríos, cuyo destino está ligado estrechamente al de la Humanidad.
  
El principal objetivo del Año Polar Internacional (2007-2008) será alertar sobre la situación en los polos, donde las consecuencias del calentamiento climático empiezan a notarse con repercusiones en toda la Tierra.
  
En las dos últimas décadas, Alaska, Siberia y partes de la península  Antártica han figurado entre las regiones del planeta que más rápidamente han sufrido el calentamiento, según los científicos.
  
El nuevo API -el precedente se realizó en 1957-58- "se concentrará en las ciencias sociales con respecto a las sociedades que viven en las regiones polares y su adaptación al cambio climático", declaró en la ceremonia de apertura el secretario general de la la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el francés Michel Jarraud.
  
El cuarto API se presenta como "el esfuerzo más importante de investigación científica internacional coordinada de estos últimos 50 años", según los organizadores.
  
Se trata de una iniciativa conjunta de la OMM y del Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU), que durará hasta marzo de 2009.
  
"Este API se desarrolla en un momento estratégico para el futuro del  planeta", estimó Jarraud.
  
Este gran ejercicio científico es lanzado pocas semanas después de la publicación de un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la Evolución del Clima (GIEC) que advierte que "estas regiones son extremadamente vulnerables al aumento de las temperaturas".
  
Entre los seis principales temas establecidos por los organizadores, la primera de las "urgencias" es proceder a un diagnóstico de las dos regiones polares, donde se constata una reducción de la superficie y la masa de los glaciares y una disminución de los periodos de nieve.
  
"El suelo helado (permafrost), que se halla en cerca del 25% de la masa del hemisferio norte, también muestra una descomposición considerable por el calentamiento climático", destacan los responsables del API.
  
Al mismo tiempo, se analizarán las interacciones entre las regiones polares y el resto del globo, con el estudio de las corrientes marinas y atmosféricas.
  
Los tres primeros años polares tuvieron lugar en 1882-1883, 1932-1933 y 1957-1958 (este último con el nombre de Año Geofísico Internacional).
  
Con respecto a sus precedentes, el actual tiene la particularidad de  ofrecer "un programa más amplio, con todo tipo de disciplinas, de ciencias naturales a sociales", señala en un comunicado el director ejecutivo del ICSU, Thomas Rosswall.
  
La "dimensión humana" del calentamiento, que afecta particularmente a cuatro millones de personas que viven en las regiones circumpolares, servirá para "evaluar los procesos culturales, históricos y sociales que permiten subsistir a estas sociedades", subrayan los organizadores.