Elizabeth Taylor, cubierta en pieles y diamantes, celebró su 75 cumpleaños en una gran fiesta a la que arribó con dos horas de retraso.
El icono de Hollywood recorrió el martes por la noche en silla de ruedas la alfombra roja en un centro vacacional del área de Las Vegas. La escoltaba su hijo de 52 años, Christopher Wilding, quien comparte el mismo cumpleaños.
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Algunos invitados llevaban dos horas en la fiesta cuando Taylor llegó, sonriéndole y pestañeándole sus característicos ojos violeta a fotógrafos que la recibieron cantando Cumpleaños feliz. Según sus asistentes, su vuelo procedente de Los Ángeles se había retrasado.
Preguntada cuál es el secreto de su longevidad, bromeó: Seguir en la lucha.
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Unas 75 personas se esperaban en la cena alegórica del carnaval de Mardi Gras, en la que los invitados degustaron platos como jambalaya, costillitas, verduras, batatas y pastel.
Entre ellos estaban Debbie Reynolds y su hija Carrie Fisher, los magos Siegfried Fischbacher y Roy Horn, y la modelo Kathy Ireland.
Uno de los mejores amigos de Taylor, el astro del pop Michael Jackson, no estuvo presente pese a que su vocera confirmó el martes que está viviendo en Las Vegas.
Taylor dijo que habló con el cantante durante el día y que no esperaba que asistiera. Además de Christopher, la acompañaron sus hijos Michael Wilding, de 54 años; Elizabeth Todd, de 49; y Maria Burton, de 45.
La actriz ganadora del Oscar, quien usa una silla de ruedas por problemas de la espalda, ha desmentido reportes de la prensa sensacionalista según los cuales recibe tratamiento por principios de Alzheimer o está enferma de gravedad.
Taylor ha recibido dos premios de la Academia a la mejor actriz y ha protagonizado más de 55 películas, como Una Venus en visón, ¿Quién le teme a Virginia Woolf? y Cleopatra.
El Instituto de Cine Estadounidense la nombró como una de las más grandes estrellas del cine de todos los tiempos.