Brasil entró de pleno el pasado viernes en la mayor fiesta de carnaval del mundo. Millones de personas danzarán durante varios días por todo el país olvidando agudos problemas, como la crónica violencia que ensombrece a Río de Janeiro.
Los festejos, que se extenderán hasta entrado el miércoles de Ceniza, comenzaron hace días en calles de pueblos y ciudades, y fue formalmente inaugurado el viernes en Salvador, capital del estado de Bahía.
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El Rey Momo, figura representativa del carnaval, recibió las llaves simbólicas de Río de Janeiro para ejercer un reinado de cinco días, centrado en los desfiles de escolas do samba en el Sambódromo, las noches de hoy y mañana.
“Río de Janeiro es de usted y ahora soy vuestro servidor. El carnaval es la celebración del alma carioca”, declaró el alcalde de la ciudad, Sergio Cabral, al otorgar una enorme llave blanca al dorado Rey Momo en los jardines de la alcaldía.
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“¡Decreto la inauguración del carnaval 2007 en la ciudad de Río!”, respondió el Rey, acompañado de su Reina y dos princesas del carnaval.
Para sellar la apertura de la fiesta, el Rey Momo, por noveno año consecutivo encarnado por Álex de Oliveira Silva, se lanzó al baile de samba, enarbolando su llave, símbolo de un reino que autoriza todos los excesos.
El alcalde Cabral precisó que se espera “un millón de turistas” durante las celebraciones. Pero los cariocas quieren olvidar la violencia en tiempos de carnaval, y esperan ansiosos los desfiles donde se escogieron temas tan disímiles como África, el bacalao, la fotografía y la artesanía.
En las noches de hoy y mañana, trece escuelas de samba se presentarán en el Sambódromo, cada una con 3.000 a 5.000 integrantes, para intentar coronarse la campeona de las festividades.