Durante la noche rigieron toques de queda, mientras los residentes desplazados dormían en refugios.

Las autoridades confirmaron que trece personas murieron en Paisley y otras siete en Lady Lake,  una de las áreas donde los tornados arrasaron más de 1.500 edificios.

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Las tormentas castigaron a la región la madrugada del viernes pasado, provocando al menos un tornado que voló los techos y paredes de viviendas unifamiliares y arrancó completamente a casas móviles.

El gobernador Charlie Crist recorrió las áreas devastadas y pidió al presidente George W. Bush que declare a la zona como de desastre, para allanar el envío de fondos federales. El portavoz de la Casa Blanca, Scott Stanzel, manifestó ayer que el mandatario de inmediato ofreció ayuda federal.

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El jefe de la agencia estatal de emergencias, Craig Fugate, manifestó que podría llevar días determinar la cantidad exacta de muertos. Indicó que la prioridad era encontrar sobrevivientes que podrían estar  atrapados entre los escombros.

Los soldados de la Guardia Nacional distribuían mantas, alimentos y agua. Cerca de 1.500 viviendas y negocios se encontraban aún sin electricidad, dijo Buddy Eller, portavoz de la empresa de suministro eléctrico Progress Energy Florida, que tiene alrededor de 1,7 millones de clientes. Indicó que la totalidad de los pobladores podrían volver a tener electricidad al finalizar la jornada.

Las autoridades del condado de Volussia dijeron que, de acuerdo con estimaciones preliminares, la tormenta dañó a 500 propiedades y causó daños equivalentes a 80 millones de dólares. Otros tres condados ubicados al norte de Orlando –Lake, Sumter y Seminole– también fueron declarados en estado de emergencia.