La agrupación quiteña, que se formó en la década del ochenta, presentará el próximo 1 de febrero su producción titulada El retorno.

UN REGRESO pero para despedirse de los escenarios. Esa es la idea del grupo quiteño La Pandilla que actualmente promociona su producción discográfica El retorno. El CD y la gira,  que comenzará el 1 de febrero, incluyen un adiós a una carrera artística que marcó la década del ochenta.

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Éxitos como Estoy llorando y Tanto tiempo están incluidos en el  material, pero además el disco tiene temas inéditos compuestos por Pablo Noboa y Marco Martínez, dos de los cuatro integrantes de la agrupación. Los otros miembros son Benjamín Gallardo y Dimitri  Unda.

“El disco trae nuevos arreglos. Hemos modernizado los sonidos, pero siguiendo el estilo romántico de La Pandilla. Además, incluimos una variedad de  pop”, comenta Pablo Noboa.

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La producción del disco duró un año. Los quiteños comenzaron a trabajar en el proyecto desde el 2005. “Fue el tiempo de nacimiento, concepción y grabación”, menciona Gallardo.

También La Pandilla preparó un videoclip de Decir que no, en género animación.
Para la despedida, el grupo asimismo planea una gira por algunas ciudades de Estados Unidos, como Nueva York, Newark, Conecticut, Stanford, Minneapolis.
Para los shows que ofrecerán en ese país invitaron al músico guayaquileño Pete Castillo, porque Dimitri Unda no puede viajar por compromisos laborables.

Dentro del cronograma de presentaciones hay la posibilidad de ofrecer conciertos en España y una gira nacional para el reencuentro con sus seguidores.

La banda se formó en 1983 y el grupo marcó una época  en la que también sobresalieron grupos como Clip o solistas como Mike Albornoz y el fallecido Reynaldo Egas. Eran los tiempos en que internacionalmente el ambiente musical se movía con Menudo, Los Chamos, Los Chicos y Los Galos.

Noboa y Gallardo recuerdan y coinciden en que el ambiente musical de la época en la que comenzó La Pandilla era distinto al de ahora. “El grupo surgió de acuerdo al criterio del público, ahora es muy diferente, todo se ha mercantilizado”.

Sin embargo, creen que ahora los ecuatorianos reconocen que hay talento nacional. “Antes se decía que en Ecuador no había talentos, ahora la gente ha tomado otra actitud y forma a sus ídolos. Y se puede decir que en el país hay artistas de calidad”, puntualiza Noboa.

La Pandilla estuvo en los escenarios hasta 1990, luego sus integrantes se separaron y  se dedicaron a sus profesiones. Pablo Noboa comenzó su carrera como solista  en 1992, pero no logró triunfar como lo había hecho con el grupo. Todavía mantiene su carrera como solista.

Benjamín Gallardo, también quiteño, estudió Animación clásica en Disney. Él se vino a vivir a Guayaquil para dar clases y paralelamente comenzó su carrera en la producción musical. Él tampoco se alejó del arte, trabajó en un disco de corte cristiano titulado Hijos de Dios con Daniela Guzmán y Quino Orrantia, de Clip.

Marco Martínez se integró al grupo Los Reyes Band, “que es como Deluxe acá en Guayaquil”, dice Benjamín Gallardo.

En el 2002 decidieron reencontrarse no solo en los escenarios sino con su público.
De ahí a la fecha La Pandilla ha estado unida “de forma esporádica”, comenta Gallardo. “Con las ocupaciones de cada uno se nos ha hecho difícil estar juntos en conciertos”.