La suscripción del documento se realizó como parte de la nueva política agropecuaria que pretende impulsar el régimen y que según el ministro del área, Carlos Vallejo, incluye acciones no solo en el tema crediticio, sino también en  zonificación, regionalización, asistencia técnica, mantenimiento de silos, sistemas de riego.

El asesor jurídico de Correa, Arturo Tello, explicó que el diferimiento de deudas “no es una condonación”, sino que se constituye en un incentivo para la recuperación del sector agrícola.

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Esto en consideración que los agricultores que logren reestructurar sus deudas podrán nuevamente ser sujetos de crédito.

Al menos, así lo establecería el decreto, cuyo texto al cierre de esta edición  aún no era entregado a la prensa.

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El plazo para el diferimiento de las deudas, según Tello, será de hasta diez años y podrá aplicarse sobre un monto máximo de 20 mil.

Vallejo indicó que el número de beneficiarios no está definido aún, pero señaló que en todo caso, con esta disposición no se ayudará a los agricultores grandes sino a aquellos que realmente lo necesitan

El secretario de Estado tampoco explicó el monto que se destinará para la entrega de nuevos créditos, cuya acción se cumplirá a través del Banco  de Fomento, la Corporación Financiera y la Red Financiera Rural.