Napoleón Bonaparte tuvo una muerte más ordinaria de lo que algunos quisieran creer, víctima de cáncer estomacal y no de envenenamiento por arsénico, de acuerdo con una nueva investigación sobre la causa de defunción del derrocado emperador francés.
Desde 1961, cuando un análisis de su cabello mostró niveles elevados de arsénico, se multiplican las teorías de que Napoleón fue envenenado con el elemento tóxico.
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Napoleón murió a los 52 años mientras se hallaba exiliado en la isla de Santa Helena, una colonia británica en el Atlántico sur, a donde fue desterrado después de su derrota en la batalla de Waterloo en 1815.
Pero la última revisión del informe de la autopsia de 1821, justo después que murió, concluye que la causa oficial de muerte -cáncer de estómago- es correcta. La autopsia describe un tumor en su estómago de 10 centímetros de largo. Comparando esa descripción con casos modernos, el doctor Robert M. Genta, autor reconocido y miembro del Centro Médico de la Universidad del Suroeste de Texas en Dallas y un equipo internacional de investigadores conjeturaron que un crecimiento tan extenso no podría haber sido una úlcera benigna en el estómago.
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Nunca he visto una úlcera de ese tamaño que no sea cáncer, expresó Genta, profesor de patología y de medicina interna.
Nuevos análisis mostraron que su úlcera estomacal había alcanzado una etapa en que es virtualmente incurable aún con tecnología médica moderna. En la actualidad, pacientes con tipos similares de cáncer generalmente mueren en un plazo no mayor a un año.
La autopsia y otras fuentes históricas indican que el obeso líder francés había perdido cerca de 9 kilos en sus últimos meses de vida, otro indicio de cáncer estomacal. Además su estómago contenía material oscuro similar a sedimentos de café, lo cual indica excesivo sangrado en el tracto digestivo. Una hemorragia masiva fue probablemente la causa inmediata de su muerte, concluyeron Genta y sus colegas.