"Mira hacia allá, ese que está ahí es Gustavo Larrea, él es el cerebro del MIR". Las palabras así pronunciadas hace 20 años por el hoy director de radio La Luna, Paco Velasco, impactaron al joven de 17 años que lo acompañaba.

Alexis Ponce, dirigente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), recuerda que en esa ocasión lo que más le llamó la atención de Larrea fue la forma en la que él se dirigió a quienes lo acompañaban y la fogosidad con la que expuso sus ideas.

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Era 1 de Mayo, Día del Trabajo, y todos participaban en la clásica marcha que en esa fecha realizan las organizaciones sindicales, movimientos sociales y agrupaciones principalmente de izquierda.

En ese entonces el Movimiento de Izquierda Revolucionaria era eso, una organización tildada de extrema izquierda y por ello estaba  vigilada por los órganos de seguridad del gobierno de León Febres-Cordero.

Para Larrea, cabeza del MIR, no era nada nuevo evadir a los agentes que constantemente lo seguían, ya antes en sus primeros años de la adolescencia había tenido que salir del país   con su madre Silvia Cabrera y sus cinco hermanos huyendo de las dictaduras militares del setenta a las que su padre  Hugo Larrea Benalcázar, ex magistrado y ex secretario de gobierno de José María Velasco Ibarra, se había opuesto.

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El refugio escogido por la familia Larrea Cabrera fue Venezuela y en ese país "Gustavo fue desarrollando sus inquietudes sociales", según  su hermano Marcelo, quien por esas cosas de la política, en la última campaña estuvo de alguna forma enfrentado al proyecto político de Rafael Correa, hoy presidente electo de Ecuador.

Es que Marcelo se postuló a la presidencia de la República, pero no contó con el apoyo de Gustavo, quien apostó a la candidatura de Correa. "Yo escogí la opción más conveniente para el país. Además, soy realista y Marcelo no tenía posibilidades electorales", comenta el hoy designado ministro de Gobierno, quien ha sido un duro crítico de las políticas ejercidas en el continente por EE.UU. Incluso interpuso reclamos internacionales por el supuesto hundimiento de barcos ecuatorianos por parte de la Armada de ese país.

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Durante los últimos años estuvo vinculado a la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos (Aldhu) y como parte de esa organización, durante fines del 2004 y principios del 2005,  participó en las protestas contra el gobierno de Lucio Gutiérrez y de las acciones que se aplicaron para defenestrar a la Corte Suprema de Justicia.

Pero en 1996 y 1997, en el gobierno de Abdalá Bucaram, Larrea también estuvo pendiente de las protestas  ciudadanas. Lo hizo desde el lado contrario, puesto que fue designado subsecretario de Gobierno por  Frank Vargas Pazzos. Ambos militaban en el desaparecido APRE. En esa cartera de Estado además coincidió con Lenín Moreno, actual vicepresidente electo, quien era director administrativo de esa Secretaría.

De esa época, el periodista Javier Ponce recuerda que Larrea estuvo encargado de supervisar un operativo para verificar la existencia, en un cuartel militar de Quevedo, de una fosa común que supuestamente contenía restos de personas desaparecidas en el gobierno de Febres-Cordero.

"Un grupo de periodistas esperó ahí por cuatro días al cabo de los cuales solo se encontraron restos de animales", dice Ponce, quien ve en Larrea a un político experimentado cuyo rol fue determinante sobre todo en la segunda vuelta electoral de noviembre pasado, cuando Alianza PAÍS tenía preocupación por la  posibilidad de que Álvaro Noboa del Prian ganara la elección.

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Manuela Gallegos, dirigente de PAÍS, dice que en los momentos en que el ánimo decayó "fue Gustavo quien inyectó optimismo para continuar".

Del futuro ministro, ella resalta su seriedad, pero sobre todo su firmeza, "que a veces puede ser malinterpretada como imponencia".

A decir de quienes lo conocen, Larrea es "bastante cerebral, inteligente y poco afecto a las bromas", "cuando hace una la plantea con humor cáustico", dice Alexis Ponce.

Elsie Monge, de la Comisión Ecuménica de los Derechos Humanos, quien también ve a Larrea como un hombre temperamental pero a la vez proactivo, confía en que esas características le sirvan para reestructurar a la Policía, "responsable de casos de violación a derechos humanos".

Nacido en Quito, la mayoría de los antepasados de Larrea, sobre todo los  paternos, son oriundos de Imbabura, principalmente de Ibarra. Sus tíos bisabuelos fueron los liberales Roberto y Julio Andrade y de hecho tiene una relación de parentesco lejana con el designado ministro de Transporte, Trajano Andrade Viteri.

LO QUE DECLARÓ

  • En diciembre del 2005, Gustavo Larrea fue demandado civilmente por una deuda que mantenía con el Banco Pichincha, por lo que en la Central de Riesgos de la Superintendencia de Bancos tuvo calificación "E" con cartera castigada por $ 79.581. La deuda la canceló en diciembre  pasado.
  • Larrea señala no poseer ni casa, ni departamentos. Tiene un terreno, un auto Daewoo y una cuenta de ahorros.