El Presidente electo ha dicho que su familia no estará en el Gobierno, pero sus hermanos Pierina y Fabricio seguirán colaborando con él.

Pierina y Fabricio Correa Delgado, pilares en la campaña del presidente electo Rafael Correa, cuentan la labor que cumplieron en el camino de su hermano hacia Carondelet, adonde él ha dicho no irán para “evitar acusaciones de nepotismo o conflicto de intereses”.

Fabricio, un  ingeniero mecánico que buscó aportes económicos, no quiere ser parte del gobierno y dice que será el primer veedor. Pierina, en cambio, aspira a ayudarlo desde lo que sería la subsecretaría del migrante, pero no sabe si el presidente reconsiderará su decisión.

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Su primera contribución a la campaña presidencial de su hermano menor fue la conformación de la Coordinadora de Frentes Femeninos Mujeres con Correa (por el apellido del entonces candidato y por tener los pantalones ‘bien puestos’), que organizó hasta desfiles de moda para recaudar fondos.

En marzo pasado, Pierina Correa Delgado, arquitecta de 45 años, juntó a un grupo de amigas y parientes que se dedicaron a efectuar animación política en sectores suburbanos de Guayaquil.

Unos meses después, Rafael le pidió que se hiciera cargo de la coordinación de Migrantes de la Alianza PAÍS.

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“Me dijo que tenía el perfil para hacerlo. Yo misma fui migrante: a los siete años, por motivos económicos, mi madre  me envió con mis  abuelos a Estados Unidos... allí estuve tres años. Si bien no pasé los problemas que otros compatriotas, la separación me marcó”, reflexiona Pierina, quien está casada con Gilberto León y tiene dos hijos.

Ella admite que entonces sabía muy poco de la situación de los ecuatorianos que residen en el exterior, pero mantuvo reuniones con el grupo que elaboró la política de migración para conocer los detalles del proyecto que incluye la creación de una secretaría con rango de ministerio, un fondo de repatriación de cadáveres y un banco; además de la implementación de consulados digitales.

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En esa función, Pierina se convirtió en la “imagen internacional” de Rafael. La invitaron a reuniones en Tampa y Miami (Estados Unidos), Madrid (España), Génova (Italia), donde expuso la propuesta  ante autoridades y representantes de gremios de migrantes.

La hermana mayor del Mandatario electo dice que miembros  del movimiento le han pedido que ocupe esa función, pero advierte que este ha dicho que su familia no estará en funciones públicas para evitar acusaciones de nepotismo o  conflicto de intereses.

A ella sí le gustaría, sin embargo, llegar a ese cargo por la experiencia que tuvo y los contactos que entabló en sus reuniones internacionales.
“No creo que esté mal ayudarlo. Personalmente, y con el debido respeto a mi hermano, no lo veo como conflicto de intereses. Independientemente de la coincidencia de apellido, creo que el trabajo que realizamos fue importante. Me considero una persona profesional. Me he preocupado de separar ser la hermana de Rafael y ser coordinadora de migrantes. No sé si Rafael vaya a reconsiderar su decisión”, expresa.

Hasta que su hermano menor conforme la secretaría nacional del migrante, Pierina continuará como coordinadora de ese tema en PAÍS.

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Al momento, su equipo de trabajo está definiendo detalles de las funciones que tendrá el organismo. Todavía no se calcula un presupuesto total, aunque solo el plan de los consulados digitales puede costar $ 30 millones.

Desde esa entidad, asimismo, podrían coordinar las elecciones de los representantes de ese grupo a la Asamblea Nacional Constituyente que propone el nuevo gobierno.

Su ‘cara de Correa’ facilitó las cosas. En son de broma, Fabricio Correa Delgado  dice que gracias a su parecido físico con su hermano menor Rafael, el mandatario electo  consiguió importantes aportes de empresarios, profesionales y amigos.

Esa fue la tarea que este ingeniero mecánico de 47 años cumplió en las campañas de primera y segunda vuelta electoral de Alianza PAÍS.

Por la credibilidad que asegura tener en  el sector empresarial para el que ha trabajado como constructor de obras de infraestructura hidráulica y energía alternativa, Fabricio consiguió  más del 50% de los $  900 mil recaudados. “La gente tenía voluntad de aportar porque había la certeza de que el dinero sí llegaría al candidato y conforme  crecíamos en las encuestas había más contribuciones”, expresa.

Comenta que puso un tope de $ 50 mil al monto de los aportes. “Por más que uno diga que no hay compromisos siempre queda la sensación de que sí los hay; preferimos quedar con deudas”, refiere él, mientras rechaza las acusaciones del ex aspirante presidencial Álvaro Noboa de que algunos de sus donantes no declararon impuestos.

Ya en la segunda vuelta, Fabricio se hizo cargo del control diario del avance de la campaña; para ello contrató encuestas de intención de voto que remitía a todos los miembros del buró y armó grupos focales para evaluar los spots. En esta etapa se sumó otra vez el consultor estadounidense Ralph Murphine.

Y fue uno de los coordinadores del control electoral, junto con su cuñado Gilberto León.

Fabricio sugirió a su hermano mantener esa estructura de seguimiento en las acciones del gobierno, pero no lo hará él. El futuro jefe de Estado encargó ese tema a Fander Falconí, quien asumirá la Secretaría de Planificación.

“Yo me convertiré en el primer veedor del gobierno de mi hermano. Si se equivoca se lo diré, como dice el Evangelio, primero en privado, luego en público... Pero espero no llegar a lo segundo”, expresa.

Tampoco –afirma– participará en concursos para contratos de obras con el Estado a través de sus compañías constructoras. Y aunque quisiera hacerlo tampoco podría: una de ellas consta como contratista incumplida en la Contraloría  por un litigio con Codeloro (El Oro) para la cual debía construir canales de riego.

El contrato lo suscribió durante el gobierno de Gustavo Noboa. Con el ex mandatario tiene una estrecha relación de amistad porque formó parte de los grupos de evangelización San Pablo del colegio Cristóbal Colón.

Antes de la elección de primera vuelta, el entonces candidato a diputado por el partido socialcristiano León Febres-Cordero  ofreció una rueda de prensa para denunciar el caso a la opinión pública para descalificar a Rafael Correa.

Fabricio señala que esto no afectó la candidatura de su hermano, pero no descarta iniciar acciones jurídicas por injurias contra el ex mandatario. “No se puede calumniar y quedar impune. Lo haré (poner la denuncia) cuando sea oportuno”, dice.