La publicación estuvo lista en el segundo semestre del 2005, pero no hubo oportunidad de darla a conocer en ese entonces, dice el poeta, quien añade que este último trabajo literario tiene estrecha relación con el tema que ha abordado en sus anteriores poemarios: Mientras ella mata mosquitos y Animales salvajes.
“Todos tenemos un lado violento que lo soltamos en situaciones extremas de nuestras vidas y lo que intento a través de este libro es transmitir emociones para que la gente también responda con emociones”, comenta Rodríguez.
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El escritor de 27 años explica que en los 40 poemas de La bestia que me habita usa “otras voces, otras máscaras” de personajes anónimos y conocidos para contar situaciones. Comenta que el título de la obra “no debe ser asociado con la personalidad del autor, sino que debe identificarse con el contenido general del texto”.
Sostiene que su reciente poemario está expuesto a gustar mucho o a ser muy despreciado. “Lo bueno es que este trabajo puede generar sentimientos extremos”, acota.
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Rodríguez dice que el año pasado la portada del libro ofendió a una persona, quien le escribió una carta en la que mencionaba que era un atentado poner como ilustración la cabeza de un toro sangrando. A lo cual él respondió que no pretendía molestar con esa foto, “solo representar el animalismo del ser humano”.
La publicación, que pertenece a la colección La (h)onda de David, coordinada por la Universidad de Cuenca y la Casa de la Cultura del Azuay, es presentada hoy por los poetas Fernando Cazón Vera y Maritza Cino. En el acto se la venderá a $ 5.