Cien años después de que tres terremotos sacudieron las costas americanas del Pacífico, investigadores chilenos y franceses se reunieron en Santiago esta semana para fundar un laboratorio para investigar los sismos y las regiones de riesgo, y detectar el peligro a tiempo.
Según informó en un comunicado el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de París, el laboratorio llevará el nombre de Montessus de Ballore, ingeniero francés que instaló la primera red sismológica en Chile, tras los terremotos ocurridos hace un siglo, un dispositivo que funciona hasta hoy.
El centro de investigación conjunta fue creado durante un coloquio celebrado en la capital chilena, uno de los lugares con más "riesgo sísmico" de la región, y que reunió a expertos de ambos países.
La reunión se centró en el análisis de los sismos de subducción, que se producen cuando una placa, normalmente oceánica, resbala hacia una placa adyacente. La mayor parte de la actividad sísmica del planeta se debe a estas zonas de subducción, según el CNRS.
El laboratorio internacional, en el que participará la Universidad de Chile, el CNRS, la Escuela Normal Superior y el Instituto de Física -ambos franceses-, se concentrará sobre todo en regiones que ya fueron objeto del estudio de equipos franco-chilenos como son la región de Tarapacá, en el norte de Chile, las lagunas de Coquimbo y la Constitución-Concepción, más al sur, y la región metropolitana de Santiago.
Todas ellas tienen riesgos de sufrir un terremoto de subducción, según los expertos.
En 1906, tres terremotos sacudieron la costa pacífica americana y afectaron a Colombia, Chile, Ecuador y Estados Unidos, donde hubo decenas de víctimas.