Antes de empezar la campaña electoral, Rafael Correa tuvo una charla con sus dos hijas mayores, Sofía y Anne Dominique.
Según cuenta su esposa Anne Malherbe, Correa explicó a las niñas que se ausentaría de casa unos meses porque tenía que recorrer el país en busca de votos. “Les dijo que quería ser presidente para ayudar a los niños más pobres que ellas”.
Publicidad
Dice Malherbe que las menores entendieron la situación, aunque todavía no se resignan a prescindir de la compañía de su papá, con quien tenían la costumbre de ver películas, ir de campamento y cantar con una guitarra.
Sofía suele acompañar a Correa en los recorridos de campaña cuando no tiene clases. “A ella le impresionan las caravanas porque es algo que no conocía”.
Publicidad
El pequeño Miguel no participó en esa reunión. Y siempre pregunta cuándo volverá su papá a la casa. “Él todavía no se da cuenta de lo que pasa”, expresa.
Los niños Correa-Malherbe hablan en francés con su mamá y en español con su papá. A su mascota, un gato llamado ‘Dobby’ (uno de los personajes de la serie de Harry Potter), le hablan en ambas lenguas.
Ella dice que las niñas son buenas estudiantes. Sofía está aprendiendo guitarra clásica, mientras que Anne Dominique pinta y practica equitación porque le encantan los animales; de hecho, la semana pasada ella ganó una competencia.
Su hermano menor –el más inquieto de los tres hijos de la pareja– recién está en el preescolar. “No podemos decir que sea o no buen estudiante, pero está feliz en su escuela”.
Correa es un padre consentidor, cariñoso, refiere su esposa, pero “no les permite una mala nota por no haber estudiado... Él es muy exigente consigo mismo y también con sus hijos, no le gusta que las personas no cumplan sus obligaciones”.