Una anormalidad en una parte del cerebro que controla la respiración, el despertar y otros reflejos sería la causa del síndrome de muerte infantil súbita (SMIS), un hallazgo que podría conducir a un tratamiento preventivo, según reveló un estudio reciente.
El descubrimiento explicaría por qué los bebés que duermen boca abajo son más propensos a morir.
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En esa posición, los reflejos del niño, incluidos el giro de la cabeza y el despertar, son más difíciles de generar si la respiración es desafiada, indicó el informe del Hospital de Niños de Boston y la Escuela Médica de Harvard.
"Estos resultados proveen evidencia de que el SMIS no es un misterio sino un desorden que podemos investigar con métodos científicos y, algún día, quizá podamos identificar y tratar", manifestó la doctora Hannah Kinney del hospital de Boston, una de las autoras del reporte.
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El estudio, publicado en la edición de esta semana de Journal of the American Medical Association, se basó en datos provenientes de autopsias de 31 bebés que habían muerto por SMIS y de 10 pequeños que habían fallecido por otras causas entre 1997 y el 2005, en California.
Entre las víctimas de SMIS, la observación de la parte más baja del tronco encefálico, el bulbo raquídeo, reveló anormalidades en las células nerviosas que producen y utilizan la serotonina, uno de los químicos del cerebro que transmite los mensajes entre las células nerviosas.
La serotonina y el modo en que es procesada en el tronco encefálico ayudaría a coordinar la respiración, la presión sanguínea, la sensibilidad al dióxido de carbono y la temperatura, señaló el informe.
Los expertos creen que cuando los niños duermen boca abajo o tienen sus rostros cubiertos por la ropa de cama vuelven a respirar el dióxido de carbono que han exhalado, lo que los priva de oxígeno.
El aumento del dióxido de carbono normalmente impulsaría a las células nerviosas del tronco encefálico, que, a su vez, estimula los centros de respiración y despertar en el cerebro.
"Un bebé normal se despertará, se dará vuelta, y comenzará a respirar más rápido cuando los niveles de dióxido de carbono aumenten", explicó Kinney. Sin embargo, los niños con el defecto en cuestión mueren porque los reflejos están dañados, añadió la experta.
Boca arriba
Desde 1994, los funcionarios de salud pública recomiendan a los padres colocar a los bebés boca arriba para dormir. La campaña redujo a la mitad el número de SMIS en Estados Unidos.
A pesar de ello, hubo 2.162 fallecimientos por SMIS en el 2003 en Estados Unidos, y sigue siendo la principal de muerte en los primeros meses de vida del bebé.
También se aconseja a los padres que eviten la ropa de cama liviana, compartir la cama con el bebé, fumar durante el embarazo y luego del nacimiento alrededor del niño para disminuir el riesgo.
Entre los niños analizados que habían muerto por SMIS, el 65 por ciento estaba durmiendo boca a abajo o de costado, lo que muestra la necesidad de seguir brindando información pública sobre el tema, indicó el estudio.
Los resultados incentivarían el desarrollo de una prueba de diagnóstico para identificar a los bebés en riesgo, o quizá la creación, algún día, de un fármaco u otro tipo de tratamiento para proteger a los bebés con sistemas de serotonina anormales en el tronco encefálico, dijeron las autoridades.