La Iglesia católica condena la  corrupción, que considera una "deformación del sistema político" que afecta  tanto a los países ricos como a los pobres, y atraviesa todos los sectores  sociales, según un documento divulgado este miércoles por el Vaticano.
  
"La Iglesia considera la corrupción como un hecho muy grave de deformación  del sistema político", escribió el cardenal Renato Martino, presidente del  Consejo Pontificio Justicia y Paz, quien analizó el fenómeno con un grupo de  estudiosos y expertos internacionales.
  
"La corrupción se ha convertido en un fenómeno relevante, pero también se  está difundiendo a nivel mundial su valoración negativa y consolidándose una  conciencia nueva de la necesidad de combatirla", señala el purpurado.
  
Según los estudiosos, "la apertura de fronteras a consecuencia del proceso  de la globalización permite que la corrupción sea exportada con mayor facilidad  que en el pasado".
  
"La corrupción es un fenómeno que no conoce límites políticos ni  geográficos. Está presente en los países ricos y en los países pobres",  reconoce el Vaticano.
  
Ante un fenómeno de tales dimensiones, la Iglesia propone a los católicos  que garanticen que los "culpables sean castigados con formas reparadoras de  comportamiento socialmente responsable" y que se "eduque" y se "forme" la  conciencia civil de los ciudadanos.