Correr una maratón no es fácil. Para ello, según los especialistas, es necesaria una preparación de tres meses.
Por ello, los participantes en la II Maratón de Guayaquil deben estar en perfecta forma para poder completar los 42,195 km de recorrido.
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Para los deportistas de élite el asunto no es tan complejo. Ellos están acostumbrados al entrenamiento y al esfuerzo físico en condiciones extremas, pero para aquellos que intervendrán por hobbie “puede ser peligroso si no se toman las precauciones”.
Así lo considera el director del Centro de Alto Rendimiento del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE), Tyrone Flores Pavón, quien es además presidente de la Federación Ecuatoriana de Medicina Deportiva (FEMD).
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Por ello, Flores recomienda que los participantes “traten de correr la prueba con un polar, que es un cronómetro en el que se ve la frecuencia cardiaca de quien lo usa”.
Flores explica que existe una fórmula muy sencilla para que los atletas aficionados controlen sus pulsaciones.
“Se llama 220 menos la edad y consiste en que si el pulso del corredor pasa del resultado de esa operación debe bajar inmediatamente el ritmo, porque su corazón está siendo sometido a un sobreesfuerzo y puede sobrevenir una muerte súbita”.
El deportólogo recomienda a los deportistas amateurs que los tres últimos días antes de la competencia se nutran con bastantes carbohidratos complejos (cereales, legumbres, harinas, pan, pastas...), bajen sus niveles de grasa en la comida y se hidraten correctamente.
También aconseja que “traten de tener un sueño reparador, de dormir bien y las ocho horas completas, pues es importante que los músculos lleguen descansados y relajados a la competencia”.
Seguir aquellas recomendaciones no evitará que si completan los 42,195 km del recorrido, sientan dolores musculares y articulares. Por ello, “después de la competencia es fundamental que se rehidraten, que tomen antiinflamatorios como relajantes musculares y que hagan una dieta balanceada”.