Chatarra, humo y ceniza fue lo único que quedó como evidencia del percance en la vía luego del impacto entre un camión Hino,  de placas AFJ-643, y un jeep Nissan Patrol 2002 dorado, de placas PJE-599.

El jeep era ocupado por tres empleados de la empresa Panavial de Guayaquil que perecieron. Ellos iban  con rumbo a Cuenca y al tomar una curva fueron chocados por el camión que invadió el carril y arrastró casi por cuatro metros al jeep.

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En el sitio del incidente las huellas de los neumáticos quedaron marcadas sobre el asfalto, que incluso se levantó por la fuerza del arrastre de los dos vehículos que quedaron atrapados en la cuneta junto a una cerro.

El jefe de la Policía de Tránsito del Azuay, Julio Cueva, dijo que por el impacto se derramó combustible y se produjo una explosión que consumió casi por completo a los vehículos.

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Dentro del Nissan había ropa y varios libros cuyas partes que no se quemaron tenían escrita literatura religiosa en  inglés. Alrededor de este vehículo además se observaron restos de celulares.

En torno al camión no se encontró  mercadería o personas atrapadas, por ello la Policía de Tránsito presume que los ocupantes escaparon ayudados por personas de otros vehículos que circulaban en el sector de Hierba Buena al momento del accidente.

Hasta ayer la Policía de Tránsito no conocía la identidad de los fallecidos. En el sitio se halló una cédula de identidad, pero las autoridades se abstuvieron de revelar el nombre del titular.

Jaime Bermeo, conductor de camiones, dijo que el cansancio de los choferes de carros de carga es una de las causas para que se salgan de la vía.

Mauricio Tacuri, otro conductor, manifestó que falta señalización  y  mesura en los choferes de vehículos grandes, que conducen a  mucha velocidad e irrespetan las normas de tránsito.