Con el apoyo de dos expertos del Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional e Investigación Unitar (FAO), y de la Secretaría del Convenio internacional, funcionarios de las autoridades mencionadas, representantes de ONG y de organizaciones privadas vinculadas, sentaron las bases del Plan que abrirá el intercambio de información con los 110 estados miembros del convenio de Rotterdam, y establecerá un proceso nacional obligatorio más riguroso y fundamentado sobre la importación o exportación de productos químicos y plaguicidas potencialmente peligrosos para la salud humana y el ambiente.
Mayor complicación
Una fuente allegada al comercio de agroquímicos, que pidió no publicar su nombre, comentó que hay otros temas pendientes en esta área, como es la exigencia de la norma andina de que fabricantes y formuladores obtengan la licencia ambiental; la reevaluación de productos; nuevos estudios toxicológicos, entre otros requisitos que en parte no hay cómo realizarlos en el país por falta de laboratorios y personal capacitado.