Ocho países de América del Sur trabajarán juntos en un  proyecto para defender los recursos hídricos transfronterizos en la cuenca del  río Amazonas, amenazada por la contaminación, para desarrollar un modelo de  gestión integral y que favorezca a los pueblos de la Amazonia.
  
El proyecto involucra a Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela,  Bolivia, Guyana y Surinam, además a la Organización del Tratado de Cooperación  Amazónica (OTCA), el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), el  Fondo del Medio Ambiente Mundial (GEF) y la Organización de Estados Americanos  (OEA).
  
Una de las tareas es definir un marco regional de acciones estratégicas  para el desarrollo económico, social y ambiental en la cuenca, que posee siete  millones de kilómetros cuadrados y 7.100 kilómetros de extensión desde la  Cordillera de los Andes en Perú hasta la desembocadura del río en Brasil.
  
El volumen de agua de la cuenca del río Amazonas representa aproximadamente  el 16% de la descarga superficial de agua dulce del mundo, informó el  gubernamental Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena).
  
Entre los problemas que se busca afrontar están la conservación de los  recursos hidrobiológicos, la erosión de los suelos a causa de la agricultura  migratoria, la tala indiscriminada, la contaminación de la aguas por productos  provenientes del narcotráfico, de la minería y las petroleras.
  
El proyecto implica la integración de los países de la subregión y una  oportunidad para que los pueblos indígenas y poblaciones locales intensifiquen  un proceso de intercambio en la conservación y aprovechamiento del "mar dulce",  como le llaman al Amazonas.
  
En el Perú, el Inrena es el encargado de implementar el proyecto y  coordinar a nivel regional con los demás países de la OTCA.
  
Asimismo, se busca sentar las bases de una gestión integrada del agua para  responder la demanda de los habitantes de la Amazonia, tomando en cuenta los  riesgos de la alteración climática global que está afectando a la cuenca.
  
La Amazonía peruana, con una superficie de unos 72 millones de hectáreas,  representa el 60% del territorio y está dotada de un gran potencial productivo  en diversos órdenes: forestal, agropecuario, pesquero, flora y fauna silvestre,  minería e hidrocarburos.
  
Su población es cerca de 3,5 millones de habitantes, representa el 14% de  la población nacional que es de 27 millones de habitantes; lo que hace que esta  región sea la de más baja densidad demográfica en el Perú.
  
La selva peruana es escenario de serios conflictos, como el que alcanzó su  apogeo en las décadas del 80 y 90 con la presencia del grupo maoísta Sendero  Luminoso, que asesinó y esclavizó a nativos de la etnia Asháninkas.
  
En la actualidad, los indígenas de la amazonia enfrentan la presencia cada  vez más fuerte del narcotráfico, y la invasión de colonos provenientes de zonas  andinas que destruyen la flora y fauna para convertir la tierra en área de  cultivos.
  
En general se aprecia con preocupación la explotación indiscriminada de los  recursos naturales.