Califica a Pablo Neruda como su padrino y refiere que le ha llamado la atención la calidad de la prosa del escritor ecuatoriano  Leonardo Valencia.

“Lo escribiré con sangre,  con  tinta sangre del corazón”.  El escritor chileño  Antonio Skármeta se sabe de memoria  Nuestro juramento, la canción emblema de  Julio Jaramillo. Se declara  admirador del artista   ecuatoriano.  De  modo que  ayer, mientras desayunaba en la ciudad del Ruiseñor de América, en la que está de visita desde el pasado miércoles, tarareaba esta  letra   y en la conversación que tenía  con dos guayaquileños  ponía a JJ   solo un “poquitín” más abajo de Frank Sinatra. En su lista de preferencias musicales  incluía también a Lucho Gatica y a Jacques Brel.

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En la mesa ocupaban un lugar destacado los huevos revueltos. “¿Comprenden por qué tengo el peso que tengo?”,  comentaba  con esa sonrisa que le achica los ojos y le ensancha el rostro. Y enseguida explicaba que a la Feria  Internacional del Libro de Guayaquil no pudo venir porque se le cruzaron dos acontecimientos: la entrega de un premio en Italia y  una reunión, en el mismo país, con el cineasta  español Fernando Trueba. La  productora que realizó la película  El cartero de Neruda, basada en una de sus novelas, adquirió ahora  los derechos para filmar El baile de la Victoria, obra con la cual obtuvo el Premio Planeta 2003.

Skármeta participará en la elaboración  de la cinta y  se reunió con Trueba para definir los términos de la  colaboración. “Decidimos que el director mismo escriba un primer guión. Después sobre la base de ese guión entraré yo, pero sabiendo  qué quiere él, porque en un filme es decisiva la autoridad del director”, indica  el autor, de 66 años, que ha cumplido una intensa labor de difusión de la literatura mediante  programas de televisión  y que habita en Chile, luego de  años de exilio voluntario.

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Pregunta: ¿A usted  le  agrada  o le molesta que el público lo reconozca  sobre todo como el autor de   El cartero de Neruda?
Respuesta: He escrito  otras novelas que han obtenido premios importantes, pero no me molesta que se me conozca sobre todo  por El cartero de Neruda,  porque en esta se concentra una historia muy sentida de cómo percibo mi país y cómo percibo Latinoamérica. Me gustan las historias que apuntan a una trascendencia y al mismo tiempo que no tienen ese énfasis retórico de “mira qué importante que  es esto”, sino que tienen una sencillez, una transparencia, una dulzura, una ternura que se desborda y termina siendo poesía y esa poesía termina emocionando a tanta gente, y si la gente me vincula con El cartero de Neruda, para mí es una gloria. No puedo sino estar agradecido de este libro  que más bien ha iluminado    mis demás obras antes que opacarlas.

P: ¿La llegada  que tiene su literatura la atribuye a su técnica  narrativa, a la emoción que hay en ella o al contenido de sus escritos?
R: Yo aspiro a hacer narraciones comunicativas. Escribo con la mayor espontaneidad del mundo, pero una vez que está la versión espontánea, me enfrento a ese material como un artesano y los ordeno dramatúrgicamente,  para que le resulte al público emocionante y entretenido. Sé que cuando los lectores toman  un libro mío  han dejado muchos otros libros de lado y no quiero  defraudarlos. Me interesa llegar y creo que tengo el oficio literario para conseguirlo.

P: ¿Y el oficio se aprende con la práctica, con la intuición, con las lecturas, con la vida?
R: Se aprende de dos fuentes. La primera, aceptando ser quien eres. Hay que ser auténticos y expresar esa autenticidad en la literatura, y la segunda es la cultura. En la medida que vas creciendo, vas leyendo autores, viendo películas, oyendo música y con todo eso se crea un tesoro de experiencias y emociones que en un escritor cuando escribe se activan.  El oficio es una experiencia, una selección espontánea de materiales culturales que tú pones en práctica en el momento que escribes.

P: ¿Qué significa    Neruda?
R: Lo resumo así: Neruda es mi padrino y Massimo Troisi, el actor de El cartero de Neruda, mi ángel de la guarda. Neruda es una fuente infinita de inspiración. Es un poeta total y además un poeta vinculado a la historia de su tiempo, que tomó posiciones, eso me gusta, un poeta que está en su obra y en su sociedad. 

P: ¿Sin qué autor usted no se imagina la literatura universal?
R: Sin Shakespeare no me imagino ni  la literatura, ni el mundo, ni nada.  Shakespeare es mi ídolo.
 
P: ¿Qué le quita la sonrisa? ¿qué lo pone nervioso?
R: Me pone nervioso la violencia; la grosería, la vulgaridad, la arbitrariedad. Todo aquel que quiere resolver un conflicto con violencia me espanta.  Eso me quita la sonrisa.

P: ¿Lee autores del Ecuador? ¿Conoce la literatura de este país?
R: Contrariamente al lugar común, Ecuador tiene una literatura  muy sofisticada,  culta y universal. Los textos de Ubidia,  Égüez y Vásconez, por ejemplo, son de gran calidad, lo que se necesita es un empujón para ubicar un país pequeño en el  mundo.  La literatura  ecuatoriana  se suele conocer más por las antologías que se hacen que por autores individuales. Me acaba de pasar con una antología de jóvenes escritores latinoamericanos publicada en España. En esta encontré un texto extraordinario de un narrador de Guayaquil que se llama Leonardo Valencia. Ahora ando buscando libros de él. Me llamó la atención la calidad de su prosa.

SU AGENDA

EN EL COPOL
Antonio Skármeta visitará a las 10h00 de   hoy el Colegio Politécnico (Copol), donde tendrá un encuentro con los estudiantes de este plantel.

EN EL MAAC
Mañana cumplirá dos actividades en el MAAC Cine. La primera será a las 10h00, donde luego de la exhibición del filme El cartero de Neruda  participará en un foro. Y a las 19h00 intervendrá en un conversatorio junto con escritores guayaquileños.