El aumento de los casos de asma entre los niños europeos podría deberse en parte a las piscinas cubiertas, señalaron ayer científicos belgas.

Los investigadores creen que la exposición a productos derivados del cloro, tanto en el aire como en el agua, podría ser un factor causante del incremento de la enfermedad.

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“En Europa, la prevalencia de asma infantil y el número de piscinas bajo techo con presencia de cloro están vinculados con asociaciones que son geográficamente consistentes e independientes del clima, la altitud y el nivel socioeconómico del país”, dijo el profesor Alfred Bernard, de la Universidad Católica de Bruselas.

Los investigadores compararon las tasas de asma en niños de 13 y 14 años de 21 países europeos y la cantidad de piscinas con agua clorada existentes cada 100 mil personas.

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El equipo halló que después de tener en cuenta otros factores como el clima, el asma infantil y la sibilancia aumentaron entre el 2 y el 3 por ciento por cada piscina, según la investigación publicada en la revista Occupational and Environmental Medicine.

El asma es uno de los males crónicos más comunes y está creciendo rápidamente.

Entre 100 y 150 millones de personas sufren de asma en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Cerca de 180 mil de esos pacientes mueren al año.

Bernard y sus colaboradores descubrieron que la tasa de sibilancia trepó el 3,4 por ciento y la de asma el 2,7 por ciento por cada piscina bajo techo con agua clorada.

La cantidad de piscinas cubiertas es de una por cada 50 mil habitantes en Europa.

Los investigadores instaron a que se realicen más estudios para evaluar el impacto de las piscinas con agua clorada sobre el riesgo de asma y para lograr que se ventilen mejor las piscinas bajo techo.