Quince meses después de la muerte de  Juan Pablo II, Benedicto XVI se separó este martes de su emblemático portavoz,  el español Joaquín Navarro Valls, lo que le permitirá abrir una nueva página en  las relaciones entre el Vaticano y los medios de comunicación.
  
Navarro Valls, de 69 años, el primer laico que ocupó este estratégico  puesto, fue durante 22 años el portavoz exclusivo y todopoderoso de Juan Pablo  II, del que fue la voz y con el que este numerario del Opus Dei se identificó  totalmente.
  
Su sucesor es el padre Lombardi, un jesuita italiano de 63 años, matemático  de formación y actualmente director general de Radio Vaticano y de la  televisión vaticana, tras haber sido provincial (jefe electo) de los jesuitas  de Italia de 1984 a 1990.
  
El reemplazo de Navarro Valls por el padre Lombardi anuncia más que un  cambio de estilo.
  
El hasta ahora responsable de la sala de prensa del Vaticano tenía una  fuerte personalidad y sus detractores le acusaban de utilizar su cargo en la  dirección ultraconservadora querida por el Opus Dei para interpretar a su  manera los mensajes del Papa.
  
Durante el último período del pontificado de Juan Pablo II, que estuvo  marcado por la larga enfermedad del jefe de la Iglesia católica, Navarro Valls  se convirtió en la fuente casi única de información del Vaticano y alcanzó por  ello una importancia excepcional en las relaciones entre el Papa y la prensa.

Tras la muerte de su mentor, Navarro Valls fue mantenido en el cargo por  Benedicto XVI, muy preocupado por seguir los pasos de su antecesor y asegurar  la continuidad al frente de la Iglesia. Pero los vínculos entre el nuevo Papa y  Navarro Valls no eran manifiestamente tan fuertes y este último expresó en  varias ocasiones el deseo de abandonar su posición.
  
Su partida era esperada oficiosamente después del desplazamiento que  Benedicto XVI efectuó el pasado fin de semana a Valencia (España) para  clausurar el V Encuentro Mundial de las Familias.
  
Con el nombramiento de un religioso que no sólo controla la sala de prensa  sino también el conjunto de los medios audiovisuales de la Santa Sede,  Benedicto XVI regresa a una configuración tradicional de la comunicación de  Vaticano con el mundo exterior.
  
El nuevo portavoz, nacido el 20 de agosto de 1942 en Saluzzo (Piemonte,  norte de Italia), colaboró en su juventud con la revista de filosofía de los  jesuitas italianos "Civiltà Cattolica", mientras estudiaba teología en  Alemania.
  
Desde 1990, fue director de programas y luego director general de Radio  Vaticano, cargo que compaginaba desde 2001 con el de director de la televisión  Vaticana.
  
El padre Lombardi se relacionará ahora con los medios de comunicación  extranjeros que tenían por su predecesor más fascinación que afecto por tener a  menudo la impresión de ser manipulados por este profesional de la comunicación  con aspecto de 'dandy'.
  
Navarro Valls conocía bien la sala de prensa por haber trabajado durante  largo tiempo para el diario católico y conservador español ABC antes de que  Juan Pablo II le pidiera, para sorpresa de todos, que fuera su colaborador.
  
En su primer comunicado, el padre Lombardi afirmó que "no tiene ninguna  pretensión de imitar" a su antecesor, pero que pondrá "todas sus fuerzas" al  servicio del Papa y de los profesionales de la información.