Los soldados irán armados, pero no harán detenciones. Organizaciones de derechos humanos temen abusos.
La Guardia Nacional de Estados Unidos comenzó ayer el despliegue de efectivos en la frontera con México, según informó el jefe de la Patrulla Fronteriza estadounidense, David Aguilar, en una videoconferencia transmitida a México.
“Ya están llegando en este momento. A finales de junio ya tendremos un número muy grande y se va a aumentar (ese despliegue) hasta que lleguemos a los 6.000 elementos, que probablemente será en dos o tres meses”, expresó Aguilar.
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El funcionario explicó que los guardias nacionales irán armados, pero no participarán en la detención de ilegales, traficantes de personas o de presuntos narcotraficantes, sino que apoyarán a la Patrulla Fronteriza para detectar cualquier movimiento irregular en la frontera.
“Estos elementos estarán ahí (en la frontera) para que nos avisen de actos o incursiones en territorio de Estados Unidos y nos den aviso para que la Patrulla Fronteriza pueda responder. No van a involucrarse en el arresto”, añadió Aguilar.
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Con este apoyo, manifestó, los agentes de la Patrulla Fronteriza podrán aumentar su capacidad de acción, ya que en estos momentos tienen que encargarse tanto de la detección de eventuales indocumentados o de narcotraficantes, como de labores de rescate y emergencia.
“La Guardia Nacional va a aumentar nuestra capacidad para poder extender nuestros esfuerzos hasta la frontera. Cada elemento que llegue a la frontera va a reemplazar a varios agentes policiacos de la Patrulla Fronteriza que en esos momentos estén en otras operaciones”, agregó.
Aclaró que los guardias nacionales estarán supeditados a las órdenes de los gobernadores y que solo habrá una coordinación con los mandos de la Patrulla Fronteriza para las tareas de apoyo.
El funcionario dijo que la Guardia Nacional tampoco hará patrullajes con efectivos de la Patrulla Fronteriza, sino que empleará recursos “de guerra”, como el uso de sensores, helicópteros y sistemas de vigilancia para detectar movimientos no habituales.
Interrogado sobre el porte de armas por parte de los guardias nacionales, Aguilar aseguró que solo será en áreas “que representen un peligro, que haya necesidad de defensa propia” ante una posible agresión de “animales (del desierto) u organizaciones criminales que se dediquen al tráfico de drogas o de personas”.
En la década de los 90, México y Estados Unidos firmaron un memorándum de entendimiento a fin de que la vigilancia en la zona fronteriza se realizara sin el uso de armas letales. La Patrulla Fronteriza utiliza desde entonces las no menos polémicas balas de gas pimienta.
Aguilar lanzó un llamado a los migrantes a que no arriesguen su vida tratando de cruzar ilegalmente la frontera porque es muy peligroso, sobre todo en zonas desérticas y en temporada de verano.
El presidente George W. Bush delineó el 15 de mayo un plan para desplegar unos 6.000 efectivos de la Guardia Nacional en la frontera entre Estados Unidos y México, y crear un programa de trabajadores temporales que abra el camino para que millones de inmigrantes indocumentados puedan acceder a la ciudadanía estadounidense.
El Congreso estadounidense debate una reforma migratoria entre proyectos presentados por las cámaras Alta y Baja que ha dividido a Estados Unidos, una nación poblada en su mayoría por descendientes de inmigrantes y recién llegados.