La TV para niños se ha vuelto un mundo complejo y propicio para encontrar nuevos nichos de mercado: los niños de meses hasta 3 años, los preescolares, los escolares de hasta 9 años, los preadolescentes de hasta 12 años…

En el contexto, no es sorpresa que se haya lanzado BabyFirstTV. Recordemos que existe un floreciente mercado de videos de estimulación para los bebés. Quizás los más famosos sean los “Baby Eisntein”, que tienen el lema: “Las grandes mentes empiezan de pequeños”.

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De ahí que el argumento comercial del canal  BabyFirstTV sea que por el precio de un solo video, $ 9,90, se puede tener material de calidad las 24 horas. Sin embargo, los videos de estimulación no dejan de tener cuestionamientos: “No existen pruebas de que los videos para bebés tengan un impacto positivo en los niños, pero sí de que pueden resultar perjudiciales”, ha dicho Marie Evans Schmidt, investigadora del Center on Media and Child Health de Boston.

“No existen pruebas de que sean positivos”, dice Evans Schmidt. ¿Entonces, cuál es el impacto de las imágenes televisivas en los bebés? Un estudio realizado en el 2004 con niños de 12 meses y dirigido por la doctora Donna Mumme, de la Tufts University de Boston, en Massachusetts, reveló una serie de evidencias alarmantes.

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Para realizar el trabajo, los investigadores filmaron a una actriz manipulando una serie de objetos.
Mientras los manejaba, expresaba al mismo tiempo por mímica o con la voz opiniones a veces positivas, a veces negativas, acerca de cada uno de estos objetos. El video fue posteriormente emitido ante un grupo de niños, a los que además se les dejaron cerca los objetos que se presentaban en la película.

“En un primer momento, los niños se mostraron contentos de divertirse con todos los juguetes propuestos”, explica la doctora Mumme. “Sin embargo, después de haber visto el video, se pusieron a imitar las reacciones de la actriz, y se mostraron entusiastas delante de un objeto con una connotación positiva según lo que habían visto en la televisión. Por el contrario, fruncían el ceño o hacían muecas e incluso lloraban ante un objeto con una connotación negativa”.

“Estábamos asombrados de constatar que niños de solo 1 año pudieran decodificar tanto de una información procedente de un video que duraba solo 20 segundos”, añade la doctora Mumme. “Hasta el momento el impacto de la pequeña pantalla ha estado subestimado. Los bebés son receptivos a los estímulos que genera la TV y sabemos ahora que las informaciones recibidas pueden guiar u orientar sus comportamientos posteriores”.

Por eso, Sharon Rechter, cofundadora de BabyFirstTV, señala que “lo cierto es que los bebés ya ven la tele. Lo importante es lo que ven”. Lo cual implica sostener algo así como que “si vamos a tener toda una población de teleadictos, por lo menos demos a cada grupo lo que necesita”.