Abortos y vientre de alquiler, la TV se preocupa de la vida sexual, reproductiva de las personas... Hora de prender las alertas. Sí, porque temas así son el terreno perfecto para que se pongan sobre la mesa prejuicios, generalidades y moralismos. Afortunadamente, ese efecto se ha moderado en los reportajes presentados en Gamavisión y Teleamazonas.

“Madres explotadoras” es el durísimo calificativo que da, por ejemplo, un experto en reproducción entrevistado por Gisella Bayona para la serie ‘Vientres de alquiler’. El médico no se extraña de que haya  una abundante oferta frente a una no menos numerosa demanda. Los precios, esos  $ 10.000 a $ 50.000 que según la reportera pueden obtenerse en cada transacción, son lo sorprendente.

Publicidad

La danza de cifras... Bayona, finalmente concluye, sin exhibir ningún número concreto, que cada año se mueven millones de dólares en el alquiler de vientres. Cierta o no, la cantidad es imprecisa. No es inocente: la intención es validar un asunto que de un territorio íntimo y personal pase a la dimensión de problema social y así se justifique su presencia en TV.

Algo de eso también hay en el hecho de repetir por dos ocasiones la frase fría y lapidaria de una de las mujeres que se ofrecen para llevar el embarazo de otra pareja: “Ellos necesitan mi vientre, yo necesito el dinero”.

Publicidad

En cualquier caso, las dos investigaciones, la de Teleamazonas y la de Gamavisión, demuestran que hay noticiarios de TV que tratan de ampliar las visiones y no caer en lo de siempre. Si bien a Gisella Bayona se le escapan cosas como “peculiar pareja” para referirse a los homosexuales, en términos generales, el reportaje y el debate alrededor tienen un tono más abierto y la intención de conducirlo por un lado más científico (De 9 a 10, Quito). Esto marca diferencias sustanciales con trabajos periodísticos que sobre estos temas se han hecho en el pasado.

El nuevo aire es más notorio en las notas sobre los abortos que se han presentado durante esta semana en los renovados noticiarios de Gamavisión. Más que una investigación, la serie ha puesto en escena el debate alrededor de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer. Los sectores involucrados, desde quienes favorecen la legalización del aborto hasta quienes lo condenan por razones religiosas, han expuesto sus argumentos libremente. Y todas esas posiciones han sido bien hiladas en el proceso de edición.

Las dos series de reportajes revelan que hay la intención de hacer un periodismo de mayor contenido y profundidad dentro de los mismos noticiarios. Es positivo, ¿será suficiente?