51 Birch Street (Calle Birch Nº 51) que forma la selección de los Encuentros del Otro Cine y que se exhibió el domingo pasado en Guayaquil, muestra cómo de ideas sencillas y cercanas y sin necesidad de grandes despliegues técnicos, se puede lograr una película que toca aspectos determinantes en la vida de un ser humano.
En este documental de un intimismo literario, el estadounidense Doug Block nos lleva a través de una estructura que alcanza el suspenso de la ficción, a seguir paso a paso sus descubrimientos sobre la vida personal de sus padres.
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Todo comienza con las grabaciones espontáneas que Doug hizo a modo de diversión y de registro doméstico, cuando su madre aún vivía: el 50º aniversario de matrimonio con su padre, algunas conversaciones en las que le preguntaba sobre su realización conyugal y personal.
Imágenes y conversaciones que súbitamente cobran valor cuando a los tres meses de muerta su madre, tras 54 años de matrimonio, su padre les llama a él y a sus dos hermanas para contarles que está viviendo con Ketty, su secretaria de hace 35 años.
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Doug, que durante los dos meses anteriores había logrado, con la cámara como pretexto, acercarse a ese hombre con el que siempre había vivido, pero con quien nunca había cruzado una palabra de tono personal, comienza entonces a sospechar que su madre fue traicionada en vida. Va y filma la boda de su padre, finalmente filmar bodas es el oficio con el que Doug financia lo que le gusta: hacer documentales. Y descubre, por cronómetro, que los besos de su padre con su ex secretaria duran ¡11 segundos!
Entonces vuelve donde sus hermanas y les pregunta si alguna vez presenciaron un beso de esta duración entre sus padres, a lo cual estas responden con un no rotundo, que empieza a configurar las desdichas silenciosas de su madre muerta. Ketty, una mujer pragmática, liviana y amorosa, y su nuevo esposo, deciden entonces vender la casa de 51 Birch Street (estado de Nueva York) y dejar atrás las evidencias del pasado para construir una nueva vida en la soleada Florida.
Comienzan a empacar la casa y aparece el archivo en el que la madre de Doug mantenía sus diarios personales... ¿Conoces a tus padres?, es la pregunta que deja sugerida el autor y que se hace antes de decidir hurgar en la intimidad de su madre.