Desde hace cuatro meses hasta la fecha en la parroquia Pascuales se ha incrementado la circulación de taxi-motos (en una cantidad que ya superarían las cien unidades) al haber sido adaptadas para transportar pasajeros.
No estoy en contra del trabajo, pero el inconveniente es la forma en que se conducen dichas unidades, como: girar a unos 180 grados en el momento menos pensado, parquearse en media calle para conversar, invadir los carriles contrarios sin medir las consecuencias, pitar a cada rato para llamar la atención de los pasajeros, usar radios a alto volumen. A esto se suman las malas condiciones en que se encuentra la mayoría de las calles de Pascuales, lo cual provoca que los vehículos hagan zigzag para evitar los baches.
La Comisión de Tránsito del Guayas (CTG) debe delegar a sus miembros para que también controlen el tránsito diario en esta parroquia –y no solo para pasar por su calle principal y venir a comer caldo de manguera– con el fin de evitar accidentes, sobre todo cuando los taxi-motos son muchas veces conducidos por niños y jóvenes que ni siquiera han de tener permiso para manejar.
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Ing. Civil Edwin Danilo Calderón Andrade
Pascuales