La cadena de restaurantes McDonalds vende comida que tiene como origen soya plantada en áreas amazónicas deforestadas ilegalmente y así contribuye a la destrucción de la reserva forestal más grande del mundo, denunció este jueves la organización ambientalista Greenpeace.

En un informe titulado "Comiéndose la región amazónica" el grupo afirmó que ha identificado soya plantada en la floresta amazónica en restaurantes y supermercados europeos.

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"Gigantes de comida rápida como McDonalds están devastando la región amazónica. Cada vez que uno compra McNuggets de pollo puede estar mordiendo un pedazo de ella", dijo por teléfono desde Londres Gavion Edwards, coordinador de la campaña.

La representante de área de comunicaciones de la firma en Atlanta, Anna Rozinich, dijo que la empresa estudia la denuncia.

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La producción de soya ha crecido en la región gracias al aumento de la demanda internacional y merced al desarrollo, en laboratorios brasileños, de un tipo adaptado al suelo pobre y al sol inclemente.

Los ambientalistas dicen que el éxito de la soya ha elevado el valor de los claros en la jungla y conducido a un ciclo en el que los ganaderos venden sus pastizales a los soyeros, y vuelven a clarear nuevas áreas para vender la madera.

Greenpeace dice que gran parte de la producción soyera en la región es ilegal porque las normas ambientalistas requieren que los dueños de tierras conserven en pie el 80% de sus áreas forestales, pero que las reglas son frecuentemente ignoradas.

Las parte sur amazónica, donde las áreas de soya han crecido con mayor rapidez, es también conocida por emplear a los llamados "deudores esclavos" para limpiar la floresta y preparar la tierra para pastizales y plantío.

El endeudamiento esclavo involucra a hacendados que emplean a trabajadores a cambio de magros jornales y cobran precios exhorbitantes por comida y transporte. Eso convierte a los obreros en deudores perennes.

Greenpeace dijo que su informe es resultado de una investigación de un año con el uso de imágenes captadas por satélite, vigilancia aérea, y documentación gubernamental.

Para llamar la atención sobre el informe, Greenpeace colocó carteles en las paredes de algunos restaurantes McDonalds de Inglaterra en los que aparece un diseño de Ronald McDonald blandiendo una sierra eléctrica. La organización también ha disfrazado de pollos gigantes a docenas de personas que luego invadieron restaurantes McDonalds y se encadenaron a los asientos, dijo Edwards.