Las 113 personas que fueron rescatadas por un guardacostas estadounidense, a 200 millas al noroeste de las islas Galápagos, llegaron al mediodía de ayer a Guayaquil procedentes de Puerto Baquerizo Moreno en un avión logístico de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).
Los migrantes, de quienes seis proceden de la India, tres de China, uno de Perú y el resto de Ecuador, bajaban de la nave que arribó a la Base Simón Bolívar tratando de cubrir sus rostros.
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El contralmirante Eduardo Navas Nájera, director general de la Dirección Nacional de la Marina Mercante y del Litoral (Digmer), dijo que la mayoría de los ecuatorianos son oriundos de poblaciones del Austro, y que pretendían llegar a Guatemala para de allí dirigirse hacia los Estados Unidos.
Navas indicó que los migrantes fueron embarcados en el buque pesquero Escalio, que zarpó a las 18h30 del pasado 25 de marzo desde Manta.
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Señaló que en el momento del rescate, los migrantes solo contaban con 100 galones de agua y estaban en serio riesgo de naufragar porque la nave, construida de madera y con capacidad solo para cuatro personas, no tenía ningún tipo de seguridades. “Pudieron haberse hundido porque la estructura del barco no era fuerte”, agregó el oficial.
Como José Mendoza Zambrano, Juan García Mendoza y Ángel Chazín Márquez fueron identificados los tripulantes, quienes junto a Juan Alonso Villavicencio, Johnny Escalante Lucas, Luis Guaranda Córdova, Jorge Quiñónez Vélez y José Zambrano Intriago permanecen detenidos por el personal de la Digmer, acusados de haber preparado el viaje de este nuevo grupo de personas rescatadas en alta mar.
Navas afirmó que “a veces se nos hace difícil controlar todos los puertos (...) hacemos lo que más podemos”, dijo al referirse al zarpe de barcos con personas que pretenden viajar de manera ilegal.