Los niños pequeños, siempre culpabilizados de ser la única ‘máquina’ de gérmenes que esparce cada año los resfríos y la gripe en jardines maternales y aulas, podrían ser solo un factor menor en las epidemias anuales de influenza, según investigadores estadounidenses.
Los adultos trabajadores parecen ser más culpables de la expansión de la gripe, según un nuevo análisis de los patrones estacionales de la enfermedad.
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Los hallazgos, publicados en la revista Science, podrían tener implicaciones en el control de los brotes de gripe.
Cecile Viboud, de los Institutos Nacionales de Salud, y sus colegas del organismo y de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos) estudiaron treinta años de datos sobre gripe.
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“En promedio, la gripe interpandémica (estacional) necesitó 5,2 semanas para expandirse por el sur de Estados Unidos entre 1972 y el 2002”, escribió la investigadora.
En un año promedio, la gripe estacional mata a cerca de 36.000 personas y lleva a los hospitales a 200.000.
Globalmente, entre 250.000 y 500.000 personas mueren cada año por influenza. Esta tasa de mortalidad se duplica durante pandemias, las cuales no volvieron a aparecer desde 1968.
El equipo de Viboud obtuvo cifras de muertes por gripe y otros datos sobre movimientos de trabajadores de la Oficina de Censos de Estados Unidos y del Departamento de Transporte.
“La expansión regional de la infección se correlaciona más de cerca con las tasas de movimiento de las personas a y desde sus lugares de trabajo que con la distancia geográfica”, explicó.
“Esto no necesariamente contradice el actual consenso de que los chicos conducen la expansión de la gripe a nivel local. Al mismo tiempo, la diseminación de la enfermedad a grandes distancias, entre ciudades o estados, se capta en el movimiento relacionado con adultos”, agregó.