El periodo de caza de focas comenzó el sábado pasado en el este de Canadá, a pesar de las fuertes críticas de las asociaciones en defensa de los animales que la consideran como una “de las más grandes y crueles masacres de mamíferos marinos del planeta”.
El gobierno de Canadá fijó en 325.000 la cantidad de focas que pueden cazarse en el 2006, estimando que con esta cifra no se amenaza a la especie ya que su población permaneció estable en 5,8 millones de animales.
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La caza se realiza en el Golfo de Saint-Laurent (noreste), alrededor de las Islas de la Madeleine.