En varias provincias del país se han realizado charlas para difundir información sobre el TLC, sin embargo, no ha sido una tarea coordinada por el Gobierno. Según una encuesta contratada por este Diario, la mayoría conoce solo algo o poco de sus implicaciones.
Es generalizado. La mayoría de provincias del país tiene desconocimiento sobre el contenido de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos.
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En Cuenca, por ejemplo, el presidente de la Federación de Artesanos del Azuay, Leoncio Orellana, cree que lo que se conoce en esa provincia sobre el TLC son solo sus siglas y el significado.
Esta agrupación cuenta con 33 gremios y alrededor de 3 mil afiliados. El 30% de sus integrantes, entre dirigentes y miembros de base, se capacitó sobre el tema en los últimos dos años, dice Orellana.
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En este tiempo se realizaron algunas conferencias con personas particulares, donde la participación de los afiliados no fue masiva. La directiva de cada gremio se informó y socializó sus conocimientos a los demás agremiados.
La Iglesia también intentó informar a la población. Yolanda Padilla, administradora de la Pastoral Social de Cuenca (quien recolectó en el 2005 firmas para pedir la consulta popular sobre el TLC), adujo que pese a los múltiples programas realizados, nunca se profundizó sobre el tema.
En Tungurahua, el Consejo Provincial, las cámaras de la producción y organizaciones que agrupan a los indígenas también han organizado reuniones para dar a conocer el contenido del convenio que se intenta firmar con Estados Unidos. La última fue el jueves 23 de marzo. Algunos participantes tomaron nota para transmitir los conocimientos a las bases. Otros prefirieron abandonar la sala de reuniones del Consejo porque son escépticos de los beneficios que pueda dejar el tratado y, al contrario, piensan que en general los perjudicará.
La directora ejecutiva de la Cámara de Industrias de Tungurahua, Neyda Vásconez, desde hace dos años participa activamente en las mesas de apoyo técnico del TLC y recuerda que cuando los temas no eran conocidos, a más de Guayaquil, Quito y Manta, fue en Ambato en donde se instaló un cuarto de lectura con la presencia de la entonces ministra de Comercio, Ivonne Baki.
En Cotopaxi, los intentos por capacitar han dado resultados solo parciales.
Pero estos no son los únicos casos. En la Costa, en Babahoyo por ejemplo, muchas organizaciones públicas y privadas desde hace un año realizan conferencias sobre las ventajas y desventajas que tendrá el tratado comercial.
El gobierno provincial de Los Ríos, Municipalidad de Babahoyo, Universidad Técnica de Babahoyo, Cámara de Comercio, Cámara de la Construcción, Proyecto de Desarrollo Local, Participación Ciudadana y juntas parroquiales se unieron para impartir charlas sobre el tema. Aunque la acogida ha resultado escasa.
Una encuesta realizada por la consultora Datanálisis y contratada por EL UNIVERSO en Guayaquil, Quito, Cuenca, Portoviejo, Machala y Ambato esta semana, refleja que el 38,80% de los consultados (hombres y mujeres desde los 18 años de edad) conoce poco sobre el tratado comercial, el 34,90% dice conocer algo y el 19,50%, muy poco.
Son los hombres los que más conocen sobre el tema. Y son ellos los que también cuestionan al Gobierno por la poca información que proporciona sobre lo que significa y las consecuencias del tratado comercial. Pues según la encuesta el 88,10% considera que el régimen no ha dado suficiente información a la población acerca del TLC.
Mientras que el 60,20% de las mujeres cree que la ausencia de información por parte del Gobierno fue intencional.
Asimismo, los hombres son más optimistas en los efectos positivos que tendrá el tratado en los consumidores. El 55,20% señala beneficios, contrario al 47,80% de mujeres, mientras que el 42,80% de hombres ve perjuicios, frente al 49,10% de mujeres.
Sector agrícola
Uno de los sectores que más controversia ha generado por los supuestos perjuicios que tendrá una vez que entre en vigencia el Tratado de Libre Comercio es el agrícola.
Por ello, el 44,10% está seguro de que muchos productos agrícolas serán perjudicados, el 25,80% aseveró que serán algunos los productos en problemas, mientras que el 14,10% dijo que solo pocos productos tendrán un efecto negativo.
Pero también el 14,30% cree que el tratado no va a perjudicar a ningún producto agrícola ecuatoriano. Y al contrario ve beneficios para el futuro, especialmente en productos que se han venido exportando al mercado estadounidense como las flores, el banano, el atún y el camarón.
En cuanto a productos que no son agrícolas y que entran al campo de los industrializados, los encuestados son optimistas en que varios de ellos como los textiles, maquinaria, manufactura, materiales de construcción, enlatados, repuestos de todo tipo, madera y productos químicos van a tener una mayor demanda en el mercado del norte y más ventajas para ingresar con facilidades y menores impuestos.
De otra encuesta realizada por la empresa Cedatos/Gallup International a 230 empresas de Guayaquil, Quito, Cuenca, Ambato, Esmeraldas, Portoviejo, Manta, Machala, Tena y Puyo (entre el 15 y el 18 de marzo), el 69% de los empresarios dijo estar de acuerdo con la firma del TLC, el 24% está en desacuerdo y el 7% prefirió no opinar sobre el tema.