Francia seguía sumida ayer en la crisis desatada por una reforma laboral que ha puesto en pie de guerra a sindicalistas y estudiantes, quienes anuncian más protestas y huelgas para el próximo 28 de marzo.
En el marco de las protestas el sindicato Sud acusó a la policía de haber herido a un sindicalista de extrema izquierda durante los violentos enfrentamientos que estallaron el pasado sábado en París. El herido estaba ayer en coma con pronóstico “reservado”.
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El sábado, entre 500.000 y millón y medio de manifestantes desfilaron por las calles del país contra el Contrato Primer Empleo (CPE).
La legislación fue aprobada el pasado 9 de marzo por el Parlamento y permite contratos de dos años para menores de 26 años, que los empleadores pueden anular en cualquier momento, sin explicación alguna.
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Los legisladores creen que esto dará flexibilidad a las empresas para que contraten a más gente joven, amparados en que la ley permite despedirlos en cualquier momento.
Sus críticos indican que, por el contrario, los trabajadores más jóvenes tendrán menor seguridad laboral que sus colegas más antiguos. Más del 20% de los jóvenes de entre 18 y 25 años en Francia están desempleados.
La legislación CPE se ideó luego de las masivas protestas violentas que jóvenes desempleados descendientes de inmigrantes se desataron entre noviembre y diciembre del 2005 en los suburbios de las grandes ciudades.