El Oscar a Philip Seymour Hoffman por su papel como Truman Capote en el filme del mismo título es la punta del iceberg del interés surgido en EE.UU. por un autor que nunca ha estado tan de moda desde que murió hace 22 años.

Aparte de la película que le valió la estatuilla a Seymour Hoffman, la “capotemanía” incluye el estreno de otra cinta, la publicación de varios libros y hasta la recreación de las célebres fiestas que organizaba el considerado precursor del “nuevo periodismo”.

Publicidad

 “La mayoría de la gente que teclea cualquier cosa hoy en día le debe algo a Capote”, escribió recientemente Davir Carr en el The  New York Times, en alusión a la técnica como periodista del ahora resucitado escritor, que en el sesenta se consideró “revolucionaria”.

Pero su influencia y el éxito de novelas como A sangre fría y Desayuno en Tiffanys -llevadas al cine- no impidieron que Truman Capote muriera en 1984 criticado por sus colegas, olvidado por sus amigos y casi sumergido en el anonimato.

Publicidad

Truman Capote ha recuperado, sin embargo, el protagonismo que, según confesaba, siempre persiguió en vida, y logró en algunos tramos de su existencia.

Al estreno de Capote, protagonizada por Seymour Hoffman, seguirá en otoño el de otro filme basado en el escritor, titulado Infamous, y que cuenta, entre otras, con las interpretaciones de Gwyneth Paltrow, Sigourney Weaver y Sandra Bullock.