La lluvia que se registró el pasado fin de semana en la provincia causó el desbordamiento de los ríos.

Unas cincuenta familias hasta el momento han sido evacuadas a casas de familiares y albergues en los cantones de Quevedo, Mocache, Babahoyo y Vinces; en esta ultima zona el desbordamiento del río inundó la recién asfaltada vía a la parroquia Antonio Sotomayor.

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Los daños materiales no han sido cuantificados pero se informó que cerca de cinco mil hectáreas de cultivos se perdieron y decenas de animales fueron arrastrados por la correntada.

Miembros de la Defensa Civil informaron que se evacuó a 12 familias en Quevedo, desde la parroquia San Camilo; en Mocache se reubicó a 30 familias de los barrios San Ignacio y Barrio Lindo y otras 100 resultaron afectadas; en Babahoyo 8 familias de la parroquia Barreiro Nuevo han sido trasladadas hacia los albergues.

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Varios sectores de la parroquia Ricaurte, del cantón Urdaneta, se encuentran inundados por el desbordamiento del río Catarama, lo que dificulta la circulación de personas y automotores.

Vía bajo el agua
Desde la madrugada del pasado lunes un tramo de la vía que conduce de la cabecera cantonal de Vinces hacia Antonio Sotomayor y que hace pocas semanas fue asfaltada por el gobierno provincial de Los Ríos, se encuentra bajo el agua tras el desbordamiento del río Vinces.

La fuerte corriente arrasó árboles que cayeron sobre la carretera e incluso a la altura de la hacienda La Esperanza desapareció la capa de rodadura, lo que mantiene incomunicada a la parroquia de catorce recintos.

“Fue algo que nos asustó mucho, a la una de la madrugada del lunes un fuerte sonido nos despertó y cuando salimos a ver qué pasaba observamos que la corriente del río arrasaba con lo que encontraba al paso: animales, árboles, malezas, herramientas de trabajo de los agricultores e inundando unas cinco mil hectáreas de terreno y dañando sembríos de ciclo corto y bananeras”, manifestó Driden  Piedrahíta, morador de la parroquia.

Agregó que algunas casas de los vecinos se encuentran bajo el agua, la que alcanzó una altura de hasta dos metros.

Autoridades municipales se desplazaron al lugar y ordenaron la colocación de sacos con arena y material pétreo, para detener la correntada.