La película revive la historia de cinco misioneros de EE.UU. en Ecuador que fueron asesinados por los Huaorani en Enero de 1956.
El dicho de que la realidad supera a veces a la ficción se pone de manifiesto en un filme que narra una historia de perdón y redención a partir del asesinato de cinco misioneros protestantes de Estados Unidos en Ecuador y a cuya presentación acudieron autores del crimen y descendientes de las víctimas.
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Fin de la Lanza, que contó con un presupuesto de 17 millones de dólares y que se estrenó ayer en 1.200 salas comerciales de EE.UU., revive la historia de cinco religiosos norteamericanos que en enero de 1956 entraron en contacto con la tribu huaorani, asentada en la selva amazónica ecuatoriana, que acabó siendo su tumba.
Lo que comenzó como una serie de encuentros amistosos durante varias semanas entre misioneros e indígenas terminó en sangrienta tragedia; en el momento menos esperado, los religiosos fueron víctimas de un ataque con lanzas de los huaorani.
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Los hombres se llamaban Nate Saint, Jim Elliot, Pete Fleming, Ed McCully y Roger Youderian. Tras su muerte, la viuda de Elliot, Elizabeth, y la hermana de Saint, Rachel, lograron, contra todo pronóstico, unirse a la tribu y convertir a los indígenas al cristianismo.
Pese al precedente, las viudas de Elliot, Elizabeth y la hermana de Saint, Rachel, decidieron proseguir la misión de sus esposos y hermano y junto con sus hijos se fueron a vivir con los huaorani para tratar de poner fin a su violencia.
Fin de la Lanza se centra en la particular historia de Mincayani, el guerrero de los huaorani que lideró la matanza de los misioneros, y Steve Saint, hijo de una de las víctimas.
Mincayani y Saint se reencontraron en la selva en 1994, cuarenta años después de la matanza, para decirse cara a cara la verdad y reconciliarse; desde entonces viven juntos como una familia, según contaron ambos durante la presentación de la película en Nueva York.
“Mincayani mató a mi padre y ahora es como el abuelo de mis hijos. Si nos pudo suceder a nosotros, le puede suceder a cualquiera. El mensaje de mi historia es que, como personas, podemos vivir en paz”, dijo Saint ante la presencia del viejo guerrero huaorani, que apostilló: “Somos una familia”.
En una entrevista (en la que Saint fue intérprete), el septuagenario Mincayani, que se convirtió al cristianismo, afirmó que su grupo mató a los misioneros porque los ancianos de la tribu estaban furiosos y ordenaron que no había que dejar a los extranjeros venir a nuestro lugar.
Actualmente, Mincayani y Saint realizan una gira por iglesias de EE.UU. para contar su historia y promover la película y el nuevo libro de Saint del mismo título.
Aunque la historia de Mincayani y Saint se desarrolló en Ecuador, la película fue filmada en la selva panameña, en las cercanías del río Chagres y el Canal de Panamá. El elenco estuvo constituido, en su mayoría, por los miembros de la tribu panameña Embera.
Los papeles principales están interpretados por el actor dominicano Louie Leonardo, como Mincayani; el estadounidense Chad Allen, como Steve Saint y su padre; el colombiano Jack Guzmán, como el indio Kino, y la hispana Christina Souza, como la india Dayumae.
Para su papel, Leonardo se fue a la biblioteca pública de Nueva York e investigó sobre historias similares a la de la tribu Huaorani.
La historia de los misioneros y la tribu Huaorani se dio a conocer mundialmente por un artículo de la revista Life, y ha sido la inspiración de diecisiete libros, entre ellos uno escrito por Saint y que se publicó el mes pasado.
El estreno comercial del filme casi coincide con el quincuagésimo aniversario de la matanza, ocurrida el 8 de enero de 1956.
Fin de la Lanza, dirigida por Jim Hanon, fue producida por Matt Green, de la empresa Every Tribe Entertainment, que ha prometido donar el 50% de los ingresos de la película a las tribus indígenas de todo el mundo.