Atacames Tonic, la primera novela de Esteban Michelena, ha hecho que el periodista de crónicas, entrevistas y reportajes (géneros en que se inició el autor) deje paso a un narrador irreverente, de palabra tumultuosa, que sabe cómo hilar un argumento y, de manera cinematográfica, frenéticamente,  conduce al lector por los caminos del amor, la intriga, la droga y el crimen, en un marco del trópico esmeraldeño, la negritud y la música.