Además del VIH, el resto de las enfermedades de trasmisión sexual son un importante problema de salud mundial. No sólo afectan a millones de personas, sino que tienen un estrecho vínculo con el creciente contagio del SIDA.

Para algunos, el año 2005 puede haber terminado con una posible mala noticia en su casilla de mail: enterarse que fueron compañeros sexuales de una persona que padecía una enfermedad de transmisión sexual (ETS) y que por eso deberían hacerse un análisis para saber si se han contagiado. Ese correo se debe a que aquella persona con la que mantuvieron relaciones sexuales recibió un diagnóstico positivo de alguna ETS y decidió, en forma anónima o no, comunicárselo a todos aquellos a los que podría habérsela trasmitido. Para lo cual se conectó a alguno de los sitios de Internet que además de dar información sobre este tema ofrecen un sistema de envío de mails que ayuda a quienes no se atreven a dar esa importante y vital información a quienes deben saberlo.

La existencia de sitios que ofrecen este tipo de servicios tiene una explicación. Según un informe de la Organización Panamericana de la Salud, las ETS se encuentran entre las principales causas de enfermedad en el mundo. Además, según la Organización Mundial de la Salud, durante 1995 se produjeron alrededor de 340 millones de nuevos casos en todo el mundo en hombres y mujeres de 15 a 49 años de edad, afectando también a los recién nacidos. Como en los casos de sífilis, que pueden afectar a la mujer embarazada y transmitirse al feto, produciendo serias complicaciones: dos terceras partes de estos embarazos resultan en sífilis congénita o aborto espontáneo.

Publicidad

Los especialistas consideran que esa estadística es alarmante, ya que con prevención, análisis y tratamiento, esto podría ser evitado. Sobre todo en América Latina y el Caribe, en donde se calcula que 330 mil mujeres embarazadas que tienen una prueba positiva para sífilis no reciben tratamiento durante el control prenatal. Y en Estados Unidos, en donde el Centro de Control y Prevención de Enfermedades recientemente difundió que desde 2000, los casos de sífilis han aumentado uniformemente.

Pero la sífilis es una más de las tantas ETS (hepatitis B, clamidia, gonorrea, Virus del Papiloma Humano, y VIH-SIDA entre ellas) que ponen en riesgo la salud de la población y que, con la práctica de sexo seguro, podrían ser evitadas en la mayor parte de los casos. Por ello, y como se ha demostrado que existe un vínculo muy estrecho entre las enfermedades de transmisión sexual y la transmisión sexual del VIH-SIDA, muchas organizaciones, como la OMS, han hecho de la prevención y el tratamiento de las ETS una estrategia más en la prevención del VIH-SIDA.

Esta estrategia cobra importancia ante la incidencia y las consecuencias de las ETS. En Estados Unidos se estima que cada año se dan 19 millones de casos, siendo la clamidia una de las patologías más comunes. Y en las mujeres en edad fecunda, según la OMS las ETS (sin contar el VIH-SIDA) solamente son superadas como causa de enfermedad, defunción y pérdida de vida sana por los factores vinculados a la maternidad.

Publicidad

Además, como la mayoría de las personas son conscientes de que el VIH-SIDA es una de las ETS más importantes, bajan la guardia ante el resto de las enfermedades de transmisión sexual. Incluso, como muchas de estas enfermedades comienzan de forma asintomática, sobre todo en las mujeres, pocas personas saben que han contraído una ETS y contribuyen así a un contagio masivo de la patología.