Despedir el año comiendo doce uvas es una tradición que se practica en varios países. Ecuador no es la excepción pero, ¿dónde se originó esta costumbre? La página de internet www.calidalia.com señala que en España, en 1909, cuando un  grupo de productores de vino, debido a su enorme excedente de uvas,   decidió emplearlas para recibir un nuevo año.

Con el tiempo se propagó que estas (las uvas) deben digerirse una por una, al son de cada una de las doce campanadas del reloj, para recibir el nuevo año tocados por la fortuna. Pero, las propiedades de esta fruta van más allá de las supersticiones. Al comerlas con piel y masticar bien las semillas se consigue un poderoso antioxidante, capaz de prevenir el envejecimiento.