Todas las mujeres tienen su ciclo menstrual, pero no todas lo sienten igual. Los dolores pueden estar tan presentes como ausentes. Incluso, el período puede no darse todos los meses. Cuáles son las irregularidades más frecuentes.

Período, regla, menstruación, menarca son algunos de los nombres con los que las mujeres llaman a esos particulares días del mes. A algunas les duele más, a otras menos; algunas pueden realizar sus actividades con normalidad, otras deben hacer algo de reposo; algunas se sienten tristes, otras no experimentan cambios de humor. Casi tan variados como los síntomas de la menstruación son las irregularidades que se pueden experimentar en su ciclo.

Porque aunque la mayoría de los organismos femeninos se prepare todos los meses para un virtual embarazo y ante la no concreción de éste se produzca el sangrado, algunas no tienen su período en forma regular. Si bien no todas las mujeres menstrúan cada 28 días –algunas lo hacen cada 21 días y otras cada 45 días– otras pueden sufrir amenorrea. Esta  se diagnostica cuando aquellas mujeres que tenían ciclos regulares, dejan de menstruar durante varios meses. Esto puede darse durante la lactancia, luego de haber perdido peso en exceso, por hacer demasiado ejercicio, estar estresada, por problemas hormonales (de las glándulas pituitarias, tiroides, ováricas o adrenales) o por patologías de los órganos reproductivos.

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Otra irregularidad frecuente del ciclo menstrual es la dismenorrea. Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, esta condición se caracteriza por períodos muy dolorosos e incluye las molestias menstruales graves.

Cuando se da en mujeres jóvenes y adolescentes se la denomina dismenorrea primaria, ya que no está provocada por ninguna enfermedad, sino por el exceso de prostaglandina, que provoca náuseas, vómitos, dolores de cabeza y espalda, diarrea y calambres fuertes. En cambio la dismenorrea secundaria puede ser consecuencia de la endometriosis, inflamación pélvica, fibromas o crecimientos en la pared interna del útero.

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La menorragia, el tercer problema que las mujeres pueden padecer durante su ciclo menstrual, se diagnostica cuando las menstruaciones son extremadamente prolongadas y profusas. Quienes tienen menorragia pueden tener que cambiarse las toallas íntimas cada hora o pueden tener períodos que duren más de 7 días. Esta situación puede darse en forma frecuente durante la adolescencia, cuando se origina por los desequilibrios hormonales comunes en la pubertad.

Pero si quien la padece ya es una mujer adulta, puede estar causada no sólo por desajustes hormonales sino también por afecciones tiroideas, enfermedades de la sangre, afecciones de la vagina y el cuello del útero, fibromas y pólipos.

Según una investigación realizada por el Centro de Recursos Sanitarios de las Mujeres de Estados Unidos, la menorragia afecta a 10 millones de mujeres cada año. Entre ellas, aunque este problema restrinja sus actividades personales y profesionales, casi el 60 por ciento no busca tratamiento para aliviar los síntomas. Incluso, entre las que pidieron ayuda a sus ginecólogos, el 62 por ciento tardó más de un año en hacerlo.