El presidente de EE.UU., George W. Bush, cifró ayer en alrededor de 30.000 las víctimas mortales iraquíes desde el inicio de la guerra en Iraq, en marzo de 2003.

A ello se suman alrededor de 2.140 soldados de EE.UU. que también murieron.

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Bush señaló además que jamás había considerado una partición de Iraq en tres  estados distintos para las tres mayores comunidades étnicas: chiita, kurda y sunita, porque sería un “desastre”.

Mientras, los votos de unos 300.000 iraquíes (entre enfermos, presos y miembros de fuerzas militares y de control) marcaron ayer el comienzo de las elecciones legislativas de Iraq, en una jornada violenta que dejó siete muertos y 32 heridos.

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El próximo jueves le tocará el turno a los más de 15,5 millones de iraquíes con derecho a voto, mientras los iraquíes en el extranjero ejercerán su derecho de martes a jueves en quince países.

En las legislativas del 15 de diciembre se eligen los 275 diputados del Parlamento iraquí de los próximos 4 años entre los 7.000 candidatos en 18 circunscripciones del país.

Se trata de la última etapa para dotar a Iraq de entidades permanentes y es la tercera cita electoral en este país en el 2005, tras los comicios generales del 30 de enero y el referendo sobre la Constitución del 15 de octubre.

Las votaciones no alejaron la habitual violencia que vive  Iraq, que enfrentó atentados y enfrentamientos que causaron 7 muertos y 32 heridos.

En tanto, el diario Washington Post mencionó sobre una prisión preventiva del Ministerio del Interior iraquí en Bagdad donde nuevamente hubo casos de prisioneros maltratados y torturados.